Antonio Machado escribió que el camino es, más que un espacio físico concreto, la acumulación de experiencias y sensaciones del propio caminante que, al transitar por las distintas geografías, compone, crea, origina la vereda. Asumiendo esa idea del sendero como espacio abierto, el pintor guadalupano Zacarías Cerezo ha viajado durante 2009 y 2010 para plasmar en sus acuarelas «el camino por excelencia, el gran itinerario europeo, el Camino de Santiago». La sala de exposiciones Ámbito Cultural, de El Corte Inglés de Gran vía de Murcia, acoge hasta el próximo mes de septiembre 25 acuarelas en las que el artista murciano «resume la ilimitada» belleza monumental de los recovecos de la calzada del apóstol Santiago desde Saint Jean Pied de Port hasta la propia catedral gallega, punto final de un peregrinaje histórico.

Cerezo, pintor paisajista, considera que «los caminos aportan algo al paisaje, lo humanizan, sugieren un itinerario, un desplazarse, un ir en búsqueda de algo» y, por eso, siempre se han conformado como parte fundamental en sus obras. El artista ha acometido la «ambiciosa tarea» de plasmar la esencia del trayecto a través de «los pequeños motivos», que esconden «temas muy sugerentes» para un artista: «He ido buscando los pequeños detalles, más que las catedrales o las grandes ciudades», explica. Señala que «son las ermitas y los puentes medievales las piezas más sugerentes de este museo que está expuesto a lo largo de 800 kilómetros». La obra de Cerezo logra atrapar, en la luminosidad de unas acuarelas ambiciosas por su tamaño, ese ambiente especial que flota a lo largo del Camino de Santiago. Sin ser un peregrino ortodoxo, el pintor ha viajado dándose la libertad de relajarse en la contemplación de cada estampa, un método obligado para plasmar en el papel los bocetos de lo que ahora cuelga en las paredes de la sala murciana. El pintor se sabe afortunado por haber vivido este peregrinaje desde la óptica del artista: «Al contrario que los viajeros, que pasan con prisas para llegar a los albergues, yo he podido salirme de los paisajes, sentarme y contemplarlos. No me he perdido esa belleza», cuenta el acuarelista. La colección está compuesta por 150 acuarelas entre las que el autor ha elegido para exponer las 25 que representan los espacios «que más emoción» le han causado.

La espiritualidad en el Camino

Zacarías Cerezo reconoce que hay una mística que rodea a este camino que escapa de lo estético y lo formal: «Hay sitios como Rabanal del Camino, que es un lugar pequeño y que, sin embargo, es una zona de encuentro que tiene mucha significación y mucho peso. Son lugares simbólicos que tenían que estar aquí», dice, haciendo un repaso visual a las obras expuestas. Los senderos machacados por los infinitos pasos de los caminantes y los propios peregrinos, ausentes en casi todas las pinturas aunque evidenciados de un modo sutil por el artista, son el reflejo de un camino entre la realidad y lo onírico que se da en las zonas plasmadas por Cerezo en su obra. Presume el pintor de hallar en la luz un espacio de bienestar en el que dejar correr el pincel para lograr la unión entre la realidad y las connotaciones que su propia experiencia rescata de los escenarios que utiliza como modelo. Cerezo ha encontrado en la zona norte de la península «paisajes muy distintos a los del levante español, lugares sombríos y muy grises que esconden más la luz» y que le han llevado a buscarla en los pequeños detalles del paisaje.

Tras más de 40 años exponiendo su obra, Zacarías Cerezo sigue lleno de proyectos. Además de la ruta de Santiago, el pintor ha reflejado en el papel las sensaciones del también camino de peregrinos de Caravaca y prepara, para octubre, una exposición centrada en la figura del árbol en el Casino de Murcia.