Es evidente que no se trata de una gran película y que teniendo presente los ingredientes que moviliza, con la dirección de Sean Penn, aquí en su función exclusiva de director, y un reparto que encabezan los ganadores del Óscar la sudafricana Charlize Theron y el español Javier Bardem, cabría hablar de relativa decepción, pero no hasta el punto de incluirla en el apartado de los productos fallidos. Es más, tiene algunos momentos duros y emotivos que pueden impresionar a un amplio sector de espectadores por la crudeza de las imágenes, pero son cuestiones trágicas que revelan la proliferación en África de actos de crueldad por desgracia cotidianos que no pueden ni ocultarse ni, mucho menos, maquillarse.

El verdadero quid de la cuestión sería precisar hasta qué punto encaja con el rigor y la coherencia idónea la pasión que une a los dos protagonistas, la doctora Wren Peters, directora de una organización internacional dedicada a temas de cooperación en una África turbulenta, y el médico español Miguel León, entregado a la ayuda humanitaria en los países destrozados por la guerra civil. En efecto, esta historia de amor tendría que haber dado algo más de sí. Falta emotividad y autenticidad, de modo que los primeros momentos resultan un tanto fríos y sin la dimensión deseable. Wren y Miguel se conocen en un momento muy delicado, cuando hace solo unas semanas que ha muerto el padre de ella y él lucha una batalla terrible en Liberia y en Sudán del Sur por salvar la vida a los damnificados de un auténtico genocidio.

Entre ambos se dispara un romance que comienza con prometedores auspicios pero que se ve ligeramente dañado por la aparición de terceros que han sido afectados por el tema. Por otra parte, eso sí, la dirección de Sean Penn no sólo no resta dramatismo a la película, sino que lleva las cosas hasta niveles tan reales como, posiblemente, exacerbados en un final sin la más mínima concesión y que se precinta con un magnífico discurso de Wrenn significando la necesidad de una toma de conciencia que ayude a una causa tan tremenda como la que está aniquilando Africa.