No es una decepción y esta segunda entrega del cómic de Marvel hasta supera en algunos aspectos a la primera, que vimos en 2014, en gran parte porque mantiene el mismo equipo técnico y artístico, este último con las obligadas y nuevas incorporaciones, y porque el argumento ofrece alguna variante, superando el habitual nivel de estas sagas que suelen ser 'más de lo mismo'.

Diríase incluso que la solución de mantener al mismo director y guionista, James Gunn, se reafirma como el mayor acierto. En los aspectos negativos, el más agresivo es un metraje que alcanza los 135 minutos y que suscita algún lapsus.

De este modo viajamos a los confines de la galaxia de la mano, de nuevo, de un grupo de jóvenes superhéroes, que en realidad configuran una banda de mercenarios que inspeccionan el espacio 'palmo a palmo' para evitar, o eliminar en su caso, a los intrusos. La película comienza donde terminó la primera y conservando el liderazgo de Peter Quill, que sigue obsesionado con encontrar las claves de su linaje, especialmente a través de la figura de su padre.

Creados por Arnold Drake y Gene Colan en 1969, 'Guardianes de la Galaxia' reúne un equipo de héroes del siglo XXXI donde cada miembro era el último de su especie. La clave en esta aventura no es otra que el haber perfilado un relato que aunque destinado a un auditorio muy joven contiene ingredientes irreverentes no exentos de acusada vulgaridad, incluyendo en algún caso la escatología, que buscan la risa fácil. Siempre, desde luego, a remolque de unos efectos visuales espectaculares, que rompen barreras en la versión en 3-D y que suponen el más importante cebo para el público.

Con estos reclamos y a sabiendas de que varios de los personajes se han ganado ya el favor del auditorio, la acción se erige en detonante y en vertebrador de la trama. Está servida por el protagonista, Peter Qill, rodeado del eterno mártir, Rocket, y seres tan extraños como un niño árbol, un avezado y listo mapache, el fornido Rooker y, sobre todo, un grupo de mujeres que no conocen el significado de la sumisión.