Hay que hablar de decepción, tanto por el hecho de que es bastante inferior a 'La niña de tus ojos', de la que es una especie de prolongación con los mismos personajes, como por reiterar algo que quedaba patente en la última etapa de su filmografía. Y es que, en efecto, el director Fernando Trueba, que ganó el Oscar por 'Belle epoque', no atraviesa el momento precisamente más inspirado de su creatividad y prueba de ello es que en las últimas décadas lo mejor que ha hecho no son esas comedias que constituyen el estandarte de su obra, sino el documental 'El milagro de Candeal', el largometraje de animación 'Chico y Rita' y el drama 'El artista y la modelo'. Con errores de bulto del calibre de 'El embrujo de Shanghai' o 'El baile de la victoria'.

En 'La Reina de España' hay motivos para divertirse, pero solo de forma esporádica y sobre unos elementos que ya se han reiterado en exceso en su cine. Algo que conlleva, facilitado por un metraje que rebasa las dos horas, que haya más citas de lo aconsejable con el aburrimiento. La película se sitúa en la década de los cincuenta y emplea como anfitriones a dos de los protagonistas de 'La chica de tus ojos', en concreto la actriz Macarena Granada y el director Blas Ontiveros, encarnados respectivamente por Penélope Cruz y Antonio Resines.

Ella está en la cúspide de su carrera y regresa triunfalmente a España para particim par en el rodaje de una producción norteamericana en la que hace el papel de la Reina Isabel. Él, al que todos dieron por muerto cuando acabó su colaboración cinematográfica con el nazismo, vuelve precisamente cuando se entera de que Macarena, que fue su amante,

está otra vez en Madrid. Lo que Trueba quiere resaltar son los ligeros pero perceptibles cambios que se están operando en nuestro país, aislado después de la segunda guerra mundial por ser la única dictadura europea pero admitida ya en un foro internacional de la importancia de la ONU. Así las cosas, el método de trabajo del realizador es claro y elocuente,

combinar los disparates que se suceden en el rodaje de la superproducción estadounidense, en el que buena parte de los cometidos de cierto peso están en manos de españoles.