Es exquisita, desprende una emotividad contenida y sabe mezclar el drama con unas gotas de humor, armando de esta forma a unos personajes que, sobre todo, están impregnados de sensibilidad. Virtudes que ha hecho suyas el cineasta británico Stephen Frears a lo largo de una filmografía privilegiada que nos ha honrado con títulos de la categoría de ´Mi hermosa lavandería´, ´Las amistades peligrosas´, ´La Reina y Philomena´, entre otros muchos.

Ahora hace lo propio con esta adaptación de la novela de Shrabani Basu que ha convertido en un hermoso guión Lee Hall y que le permite, diez años después del estreno de ´La Reina´, volver a entrar en las esferas más íntimas de una monarca británica. Y hay que adelantar al respecto que este retrato de la Reina Victoria no tiene nada que envidiar a la Isabel que nos mostró en 2006.

Es, sin duda, una firme candidata al Óscar a la mejor actriz, honor que ya logró en 1998 por un papel de reparto en la cinta de 1998 ´Shakespeare enamorado´, curiosamente encarnando a una antecesora de Isabel con el mismo nombre. Su presencia tiene tal magnitud que el actor indio que comparte protagonismo y que hace un papel más que correcto, Ali Fazal, está casi eclipsado.

Basada en hechos reales, que han tardado casi un siglo en ver la luz por el excesivo celo de la monarquía del Reino Unido. Frears ha sabido compaginar los datos auténticos con otros que forman parte del ideario popular.

La historia se abre y se cierra con la imagen del fastuoso Taj Mahal, considerado el monumento de amor más hermoso del mundo, que nos pone en contacto con Abdul Karim, un humilde musulmán que nació junto a tan privilegiado palacio y que trabaja elaborando las listas de entradas y salidas de una prisión. Un detalle nimio que, sin embargo, va a condicionar su futuro radicalmente y por casualidad, ya que es elegido con un compañero para viajar a Inglaterra y desempeñar un cometido irrelevante en la ceremonia de celebración del 50 aniversario de la India como colonia británica. Su modestia y su buen porte, junto a un encanto natural, motivan que la Reina se quede impresionada por su presencia. Es así como surge una amistad muy estrecha y ejemplar que socavará los cimientos de la familia real.