Está al nivel que exigía tanto un proyecto tan ambicioso, probablemente el más caro de la historia del cine chino, como un director de la talla de Zhang Yimou, sin duda el más relevante surgido en China en las últimas décadas. Es, por eso, un portentoso drama bélico que nos lleva a la cruenta guerra chino-japonesa de los años treinta, concretamente al sitio de la ciudad de Nanjing, que estaba a punto de caer en manos niponas. Un episodio terrible que ya abordó en 2009 otra cinta del país asiático de Lu Chuan, 'Ciudad de vida y muerte', que vimos en España un año después.

Basada en hechos reales, es un homenaje a la generosa capacidad de sacrificio y de entrega de un grupo de prostitutas y de un huérfano casi adolescente que no dudaron en entregar sus vidas, en circunstancias tremendas, para salvar a unas jóvenes estudiantes compatriotas. Yimou ha adaptado con mano maestra una novela de Yan Geling que ofrece una visión realista y humana de este suceso.

Es la segunda cinta china, tras ´Inseparable´ con Kevin Spacey, que protagoniza un actor norteamericano, un Christian Bale que vuelve a reiterar sus notables cualidades dramáticas.

La historia de John Miller, un empleado de una funeraria que llega a Nanjing para efectuar los preparativos del entierro de un cura católico, es la de un vividor, alcohólico y empeñado en pasarlo lo mejor posible, que cambia radicalmente de conducta cuando se ve obligado a disfrazarse de sacerdote y a convertirse en héroe después de comprobar la trágica represión que está sufriendo la población china a manos de unos japoneses que actúan con una crueldad inhumana, recurriendo sistemáticamente a las ejecuciones sumarísimas y a las violaciones.

Es el año 1937, la ciudad está sitiada y los grupos más frágiles e inocentes, las mujeres y los niños, tratan de escapar de una muerte segura refugiándose en edificios determinados. Por eso Miller se encuentra con que en la iglesia se han recluido un grupo de muchachas y que solo unos días después lo hacen, escondiéndose en el sótano.