Luces RojasClasificación [ * ]

España-EE UU. 2012. 118’. D. y G.: Rodrigo Cortés. Rep.: Cillian Murphy, Sigourney Weaver, Robert De Niro, Elizabeth Olsen, Leonardo Sbaraglia, Toby Jones, Joely Richardson.

Existía gran expectación ante la nueva película de Rodrigo Cortés. A priori, Luces rojas uniría las buenas artes de su debut con concursante (la histeria de la fama a cualquier precio) y su consagración con Enterrado (su pulso para el suspense), en un thriller sobre la videncia y sus mediáticos estafadores. Pues se le apagó la luz, que cantó Alejandro Sanz, al nuevo niño bonito del cine español.

Luces rojas carece de electricidad e, incluso, de los imprescindibles chispazos en forma de sustos que se supone van incluidos en una entrada de este tipo. En una inédita maniobra narrativa que cualquier abuela sabe ineficaz, Cortés se empeña en hacernos creer durante todo el metraje que los fantasmas, la telequinesia y demás zarandajas sobre las que se fundó la leyenda de Jiménez del Oso no existen. La única explicación plausible para asesinar el suspense es que pretenda que el único fenómeno paranormal que se vea en pantalla sea su propio ego, que pulula en levitación trascendental de call tv durante todo el metraje, como si de un ser superior se tratara, ante nosotros, pobres mortales, sensación que se justifica en un inaceptable e insultante final.Sin ritmo, con unos personajes tristemente unidimensionales, el resultado final convierte en cine de cinco estrellas los reportajes de Cuarto Milenio.