No es gratuito ni casual que fuese elegida la mejor película de la Quincena de los Realizadores del prestigioso Festival de Cannes y tampoco que haya sido nominada al Oscar en el apartado de largometraje en lengua extranjera. Y no lo es porque el director Pablo Larraín ha forjado un producto que es a la vez testimonial, revelador y, por encima de todo, la prueba del coraje y de la madurez de un pueblo, el chileno, que contra todos los pronósticos y en el marco de un referéndum manipulado por la dictadura, consiguió el milagro de derrocar por la vía de las urnas al General Pinochet.

Lo que vemos es la espléndida adaptación de la novela del escritor Antonio Skármeta ´Referéndum´, en la que relata dos procesos, el propio de reflejar los acontecimientos que se suceden en el debate electoral y el que experimenta el principal responsable de la campaña de la oposición por el No, René Saavedra, un ejecutivo de publicidad nada comprometido con la política que acabará plenamente inmerso en la caída del dictador y en el triunfo de los demócratas.

Esta tercera entrega de la trilogía que el director ha efectuado sobre su país, tras ´Santiago 73´, post mortem´ y ´Tony Manero´, que no se estrenaron en España, está considerada la mejor del conjunto y es, desde luego, la más madura.

Se ha rodado en el mismo formato de las cámaras que recogían toda la actividad política chilena en los momentos en que transcurre la acción, en el año 1988, con el loable intento que el abundante metraje documental de la época formara un todo coherente con el que se ha filmado ahora. De este modo los fotogramas adquieren una frescura y autenticidad notables, que se unen a una capacidad de análisis notable y a una encomiable descripción de los personajes, sobre todo de un Saavedra cuya toma de conciencia política, ajeno como estaba a este mundo tras vivir en el exilio y estar dedicado a dirigir spots convencionales, seguimos en toda su dimensión.