Funesta, ridícula y tópica incursión en un terror gratuito y harto socorrido que se vale del juego de la ouija, que el cine ha explotado en reiteradas ocasiones, para sembrar un miedo que incita más al estupor y a lo grotesco.

Los responsables del desaguisado son el matrimonio formado por los guionistas Stiles White y Juliet Snowden, que han firmado juntos un argumento que ha dirigido, con los recursos más torpes y exagerados de la especialidad, el primero, un debutante que pierde el control de la realización desde los primeros fotogramas.

Si la labor de Stiles White es francamente deficiente al colocarse tras la cámara, no queda atrás en el plano negativo la labor de unos actores mediocres que tampoco parece que hayan recibido el mejor asesoramiento para enfrentarse a sus cometidos. Se deja notar, sobre todo, en los protagonistas, Olivia Cooke y Darren Kagasoff, pero es extensible a todo el reparto.

La obsesión de los responsables de la cinta pasaba, en primer lugar, por explicar de forma muy somera las claves para entender el siniestro juego de la ouija, es decir que no se puede utilizar estando en un cementerio y que nunca debe usarse si no es en compañía, y pasar después directamente al festival de los horrores tras la muerte violenta de alguien que no ha cumplido las normas. La víctima, que podría haberse suicidado, es Debbie, la amiga inseparable y vecina de Laine.

Un suceso que deja consternada a una esta última, que se entrega por entero, en compañía del novio de la muerta, al intento de clarificar el caso, lo que conlleva recorrer todas la estancias de su casa, incluido el inevitable desván, donde encuentran el viejo tablero Ouija. Lo peor que podían hacer, iniciar el juego para contactar con la amiga a través del más allá, es precisamente lo que ponen en práctica. A ambos se unen, además, otros dos voluntarios, la hermana de Laine y una nueva amiga.

De esta forma atraviesan todas las puertas prohibidas y desatan el furor de unos demonios que más que dar miedo lo que hacen es generar una antología de desmanes.