Con dos años de retraso llega este thriller ambientado durante la II Guerra Mundial, en los prolegómenos del bombardeo japonés en Pearl Harbour, en el que un investigador privado trata de averiguar las razones del asesinato de un compañero.

La película no tiene mucho interés como cinta de espías de época (es bastante convencional), pero sí resulta relevante saber que supone el trabajo con el que los hermanos Weinstein, todopoderosos productores del Hollywood indie, han querido acercarse al jugoso mercado chino. No en vano, el filme cuenta con un all starsdel star system del país rojo, amén del nipón Ken Watanabe, y por algo su estreno mundial tuvo lugar en China. Pero los Weinstein han puesto en marcha todo un global-pudding (director sueco, protagonista estadounidense): cine deslocalizado, sin más patria que la rentabilidad.