Mediocridad, lugares comunes, estupidez y un argumento anodino son los elementos que definen esta ridícula historia de terror que abre todas las vías de terror más grotesco. Es la quinta película del director John R. Leonetti, un director sin ideas y sin cualidades de ningún tipo que rodó su opera prima en 1997, 'Mortal Kombat: Aniquilación' y en los años siguientes dirigió 'El efecto mariposa 2' (2006), 'Annabelle' (2014) y 'Wolves at the door' (2016).

En ningún caso ha logrado llamar la atención y su cine solo se ha podido rescatar del infierno de los videoclubs entregados a la serie B y al thriller basura. Sus 90 minutos de metraje son una permanente invitación a la irritación. Escrita por Barbara Marshall, se vale una vez más de un relato vinculado a tradiciones orientales que tiene una relación directa con el misterio y el miedo.

La protagonista es Clare, la adolescente de turno que sufre en el instituto las habituales burlas de sus compañeras, con actitudes propias del acoso escolar, consecuencia de que ha osado invadir el espacio de la rival que no está dispuesta a que le quiten a su novio. Las cosas pintan muy mal para ella, dado que está en inferioridad de condiciones respecto a sus rivales, pero todo cambia bruscamente cuando su padre, que tiene el complejo de Diógenes a pesar de su juventud, le ha regalado una extraña caja china que ha encontrado en la basura y que tiene la facultad de concederle los siete primeros deseos que le pida. A partir de este momento, en que las fuerzas sobrenaturales siembran el horror, la cinta cambia sus propuestas supuestamente inquietantes por soluciones que rozan lo más burdo y penoso. Lo único que faltaba eran unos diálogos capaces de convocar el tedio y la cita, por supuesto, no tarda en hacerse realidad. Es la diana del infortunio.