Una apuesta insólita, atrevida y original por la fantasía y la imaginación que constituye una auténtica osadía en el cine actual. Simplemente por no tener nada que ver con el cine que vemos a diario y por haber sacado adelante un producto aparentemente incompatible con la taquilla merece ya todos los parabienes. Pero además, el director, el argentino Juan Solanas, que solo había dirigido un largometraje, el poco visto ´Nordeste´ en 2005, ha conjugado en un mismo empeño el romanticismo y la ciencia-ficción con resultados más que satisfactorios, engendrando algo entre ingenuo y fascinante que podría catalogarse de cuento fantástico de anticipación.

No está exento de defectos, sin duda, aunque se compensan con creces. Y hay que agradecer como se merece que un puñado de productoras canadienses y francesas se hayan unido en una empresa como ésta.

Con un fundamental cometido de los decorados y de los efectos visuales, la historia nos sitúa, en efecto, en un futuro con dos mundos. Están ubicados uno encima del otro, pero en posición invertida y sus respectivos habitantes, que se ven y hasta tienen contacto físico, no pueden intercambiarse porque obedecen las leyes de sus específicas gravedades. Hay, finalmente, una diferencia decisiva entre ambos y es que mientras el que está debajo es pobre y su población vive en condiciones muy humildes, el que está arriba se mueve en la abundancia y en el bienestar.

Naturalmente, ha llegado el momento en que un hombre del primero desafiará este esquema movilizado por un amor más allá de toda limitación. Ese hombre, un joven que ha vivido con su abuela, se llama Adam y cuando era apenas un niño se enamoró de una chica del mundo de arriba, Eden, de cuya presencia, a una cierta distancia, disfrutaba en un paisaje idílico marcado por una naturaleza generosa. El problema es que esos encuentros finalizaron bruscamente y Adam se hizo mayor sin saber nada de ella. Hasta que la vuelve a ver en un programa de televisión y decide hacer lo imposible por recuperar su amor. Para ello se vale de una revolucionaria crema rejuvenecedora, que ha creado con ayuda de su abuela, que es su pasaporte al mundo superior. Con un inconveniente añadido, que ella sufre amnesia y no se acuerda del romance de la infancia.