Dieron vida a algunos de los personajes más carismáticos de la época dorada del cine internacional. El tiempo, que les ha hecho longevos, les fue apartando de primera línea obligándoles a espaciar sus trabajos hasta casi abandonar ese foco que les ha acompañado la mayor parte de sus vidas. Sin embargo, a muchos de los supervivientes de aquel Hollywood inolvidable les queda por decir la última palabra. O mejor, la penúltima. La casualidad, los reconocimientos y hasta las idas y venidas de su vida privada les han situado de nuevo en el lugar de los grandes.

Mickey Rooney, a sus 93 años, posee la carrera más larga de la historia del cine: lleva 87 en activo desde que, en tiempos del cine mudo, saltó de los espectáculos de vodevil -en los que trabajaba su familia y él debutó con 17 meses- a la gran pantalla gracias a unos cortometrajes humorísticos que le hicieron popular. En la adolescencia, su éxito era tan arrollador como inexplicable para muchos. Mide poco más de metro y medio y nunca ha sido especialmente apuesto. Sin embargo, su energía era tan contagiosa que le marcó como ejemplo que seguir para los jóvenes americanos que habían crecido durante la Gran Depresión. Que tenía encanto lo subraya, por ejemplo, el hecho de que se casó ocho veces. La primera, con una jovencísima Ava Gardner. La última, con la también actriz Jan Rooney, de la que se acaba de divorciar tras conocerse que el hijastro de esta le había estafado. De vuelta a las portadas por ello, Hollywood le ha recordado y protagoniza estos días el filme 'Old Soldiers', encarnando a un veterano de la Segunda Guerra Mundial.

Con 97 años a sus espaldas, Kirk Douglas desapareció de las pantallas tras demostrar que, pese a haber sufrido una embolia que le afectó al habla, había sido capaz de volver a trabajar y de ocuparse de los problemas familiares, algunos realmente trágicos. Ya retirado, apareció como presentador en los Oscar de 2011 y, sin esperarlo, empezó una segunda carrera. Con un discurso lúcido e ingenioso, su presencia es constante en varios shows televisivos y ha creado un blog con incontables seguidores que tuitean sus lapidarias frases.

Douglas llegó a Hollywood gracias a que una de sus exnovias de juventud habló en su favor a un todopoderoso productor. Lauren Bacall ya era por entonces la esposa de Bogart y se había convertido en el rostro del noir. Rodaron juntos un musical, 'El trompetista', en el que la tercera en discordia era una linda cantante casi debutante: Doris Day. Algo debía de tener el agua que se bebió en ese rodaje porque sus tres protagonistas continúan en activo y gozan de buena salud. Ellas han cumplido ya los 89. Doris Day, taquillera dama de las comedias de almohada de los cincuenta, abandono los platós en 1973 tras descubrir que su marido y mánager había dilapidado su fortuna. En homenaje al hijo de ambos, Terry, músico fallecido hace una década, ha editado por sorpresa un álbum, 'My Heart', con algunas composiciones de este. Ha batido el récord de ser la artista de mayor edad en los diez primeros puestos de las listas británicas y estadounidenses.

Bacall, tras la muerte de su marido, se refugió en el teatro envejeciendo con dignidad con roles cinematográficos secundarios. Tras el Oscar honorífico en el 2009, su carrera se ha revitalizado y encabeza el reparto de 'The Forger', con la estrella de 'Los juegos del hambre', Josh Hutcherson, y de 'Trouble is my Business', un homenaje al género negro que la convirtió en icono.

A la receptora de idéntico reconocimiento este año, Angela Lansbury, le ha ocurrido lo mismo. Prestigiosa actriz de cine y teatro y popular por el serial 'Se ha escrito un crimen', al abandonar el papel de la señora Fletcher, hace una década, su presencia se oscureció. Ahora ha vuelto a los escenarios londinenses, 50 años después de abandonarlos, donde representa con gran éxito la comedia 'Un espíritu burlón'.

Y es que recibir el Oscar debe de tener efectos vigorizantes. Christopher Plummer, aquel elegante actor canadiense que acompañó a Julie Andrews en 'Sonrisas y lágrimas', se hizo con el premio hace cuatro, interpretando a un anciano que decide salir del armario, en la cinta 'Beginners'. Desde entonces ha rodado casi una decena de filmes y, a los 84, tiene otros dos en cartera. El más destacado, al lado de otra veterana de 80: Shirley MacLaine. La deliciosa intérprete de 'El apartamento', relegada a papeles secundarios en series como 'Downton Abbey' o filmes como 'La vida secreta de Walter Mitty', protagoniza a su lado la versión hollywoodiense de la cinta hispano-argentina 'Elsa y Fred'; una ingeniosa comedia de amores otoñales.

El deseo de reunir en un mismo cartel a supervivientes del Hollywood clásico también es razón de peso a la hora de armar producciones con ellos en el cartel. En el caso de 'Big Finish' se ha logrado apartar de su retiro a dos de los mejores comediantes de los cincuenta: un Jerry Lewis de 88 años y con algunos inconvenientes de salud y una muy pimpante Debbie Reynolds, de 81. El actor de 'El profesor chiflado' y la actriz de 'Cantando bajo la lluvia' encarnarán a dos huéspedes de una residencia de ancianos.

También Betty White, una de las grandes damas de la comedia televisiva, reverdece laureles, a sus 92 años. Tras la enorme popularidad internacional de 'Las chicas de oro', se la consideraba ya retirada cuando su aparición en el filme 'La proposición', como abuela picarona de Ryan Reynolds, marcó un retorno tan estelar que obtuvo su séptimo Emmy, como presentadora del show 'Saturday Night Live', y tiene su propio serial cómico: 'Póquer de reinas'.

Tan fuera de foco como ella se hallaba Eva Marie-Saint, de 89, la inolvidable pareja de Cary Grant en 'Con la muerte en los talones' y Oscar por 'La ley del silencio', hasta que la reciente 'Cuento de invierno' ha refrescado la memoria a la industria, que, obviamente, necesita a sus veteranos para ciertos papeles. La actriz ha ofrecido de nuevo una clase magistral, al igual que otra estrella, Sophia Loren, ha derrochado distinción a sus casi 80 años, filmando en las calles de Nápoles, donde se crió, el mediometraje 'La voz humana', que la devuelve a la actualidad profesional tras cinco años alejada de las cámaras. Pero a diferencia del resto, ha dejado claro que vuelve "por amor". Su hijo Eduardo es el director.