«Nunca imaginé que mi historia llegaría tan lejos», fue lo primero que dijo ayer Juan Carrión, el profesor de inglés de Cartagena en el que está basada la película del director David Trueba Vivir es fácil con los ojos cerrados, tras enterarse de que la cinta estaba seleccionada para concurrir a los próximos Oscar. Tras triunfar en la pasada edición de los Goya, la tierna historia de este profesor de la España de los sesenta que enseña inglés con las canciones de los Beatles, comenzará ahora su carrera para su nominación a los premios de la Academia de Hollywood como mejor película de habla no inglesa.

La noticia fue recibida por el director de la película en Zaragoza cuando se encontraba precisamente dando una charla con Juan Carrión, el profesor de 90 años en el que está basada la historia de Vivir es fácil con los ojos cerrados, y ambos la celebraron fundiéndose en un abrazo entre los aplausos de los asistentes. «En cuanto me he enterado le he dicho a Trueba que la película aún tiene que vencer muchos obstáculos, pero estoy seguro de que los salvará», aseguró el profesor, que, como ya dijo a esta redacción, no dudará en viajar a Hollywood si la cinta es nominada -y si la salud se lo permite, dijo- para «darle suerte» a la película.

La cinta relata el viaje que emprende el profesor (que interpreta Javier Cámara) al enterarse de que John Lennon está en Almería rodando una película, un camino en el que recoge a un chico de 16 años que se ha fugado de su casa (Francesc Colomer) y a una joven de 21 (Natalia de Molina), que también parece estar escapando de algo. Entre los tres nacerá una amistad inolvidable.

En el largo camino que, dijo Trueba, se inicia ahora y que «no ha hecho más que empezar» para optar al Oscar, se han quedado otras dos cintas que habían sido preseleccionadas por la Academia de Cine: El Niño, de Daniel Monzón, y 10.000 kilómetros, la ópera prima de Carlos Marques-Marcet.

Dos películas que son «muy buenas», aseguró el director, que explicó que no esperaba la elección de su filme. «Para mí, el premio ha sido haber hecho la película y todo lo que pasa después es un regalo. Son dos cosas diferentes», añadió Trueba, quien señaló que este proceso se produce todos los años y que España no ha conseguido desde hace bastante tiempo «estar entre los nominados finales. Por tanto, hay que ser muy prudentes». «Ahora -añadió- ya no depende de nosotros, pero de alguna manera representas a un oficio y un país, y me gustaría llegar lo más lejos posible», dijo.

El director sí quiso compartir el «orgullo» que siente hacia todo el equipo de la película, y también hacia Carrión. «Sigue siendo un personaje ejemplar, que demuestra que hay muchísimas cosas que pueden hacerse sin esperar que los demás vengan a ayudarte a hacerlo, porque las tienes que hacer por ti mismo».

«Juan lo ha hecho, sigue dando clases con su edad y le ha aportado muchísimo a toda la gente que ha pasado por sus aulas», aseguró.

El acto de lectura de la película española elegida para ser candidata en la 87 edición de los Premios Oscar tuvo lugar en la sede de la Academia de Cine en Madrid, donde se encontraba el actor protagonista de la cinta, Javier Cámara, con un ramo de rosas que había comprado de camino para regalar al ganador.

«No las teníamos todas con nosotros», confesó el actor, que entregó el ramo a una feliz Cristina Huete, la productora de la película.

Huete dijo que tiene muchas esperanzas en la película porque «tiene cosas que gustan» a los académicos de Hollywood: «Es tierna y habla de libertad y educación», dijo, convencida de las posibilidades de la cinta.