Musubi | Adrián Navarro Batería

"Escribo de forma sencilla y directa, sin recursos literarios que diluyan el mensaje"

Con este proyecto, Adrián Navarro, batería de Ave Alcaparra, ganó el CreaMurcia de ‘Otras Tendencias’, y esta tarde presenta su particular mezcla de estilos en los conciertos de Los Molinos del Río junto a Helio y Mireya, Caray!

MUSUBI

MUSUBI / POR LOLA LÓPEZ

Lola López

Lola López

Musubi es un concepto sintoísta que significa ‘anudamiento’, según se explica en la película japonesa Your Name. Adrián Navarro, la personalidad tras el proyecto musical del mismo nombre, plasma en él una de sus varias caras, tanto musicales como personales. Su rol de batería en un grupo de punk se complementa sin tapujos con el collage de trap, bases electrónicas y guitarras midwest emo que pueblan el repertorio de Musubi. Cada EP es un concepto, un capítulo con identidad propia ligado al resto de su discografía mediante una estética de influencia retro japonesa que hace las veces de ‘Musubi’, de anudamiento, a través de las canciones. Sonido urbano conviviendo con distorsiones, riffs y baterías bajo el espíritu de hacer las cosas «en casa».

Musubi muestra una faceta suya hasta ahora desconocida. ¿Cómo nace este proyecto?

Estuve bastante tiempo produciendo diferentes estilos de música urbana. Con cada vez más bases y más letras por montar, surge la idea de empezar un proyecto individual con el que intentar mezclar el trap urbano español con letras y melodías más íntimas. Y al volver de un viaje a Japón, decidí que quería que el proyecto girara en torno a la estética nipona. Aprovechando el tiempo que la pandemia nos dio, empecé a grabar en casa y a verme infinitas horas de tutoriales sobre cómo mezclar y retocar las voces. Y así fui terminando y publicando canciones.

Hace unos meses ganó el CreaMurcia de ‘Otras Tendencias’, ¿qué recuerdos le quedan de esa noche?

Creo que, tanto para Salva, que es quien me acompaña en directo a los sintes, como para mí, esa noche fue una locura. Solo teníamos claro que queríamos transmitir al máximo nuestra energía e intensidad a la gente. Los nervios estaban muy presentes y no se fueron hasta, mínimo, la tercera canción, pero nos ayudó bastante ir sin pretensiones y dedicarnos a gritar y saltar sobre el escenario. Cuando anunciaron al ganador, fue el culmen.

También fue finalista de la categoría ‘Pop-rock’ con Ave Alcaparra, el grupo de punk del que es batería. ¿Cómo conviven esos dos proyectos tan opuestos?

No se pueden complementar mejor. Poder expresarme tanto golpeando mi batería al ritmo de punk, como cantando sobre el escenario, no tiene precio. Mucha gente cree que hacer un estilo de música determinado es incompatible con poder desarrollarse en otros géneros y roles, pero yo creo que es al revés. Lo que se aprende en un papel te ayuda mucho a la hora de enfrentarte al otro. Ambas cosas te dan sensaciones diferentes.

Lleva publicando música como Musubi desde 2020, ¿cómo ha evolucionado el proyecto?

Ha cambiado bastante. Al principio tenía un estilo más urbano, con tintes lofi-trap y melodías más íntimas. El primer EP (Del cielo pa casa) fue completamente autogestionado, hecho totalmente en casa, cosa de la que estoy muy orgulloso, pero que no recomendaría. Acabé haciendo el trabajo que normalmente hacen tres o cuatro personas. Fue muy bonito, aprendí muchísimo, pero fue duro. Después, empecé a grabar las canciones en Bed Stuy Records y el sonido ganó calidad. Además, es de gran ayuda que alguien externo aporte una visión nueva y fresca a una canción que ya has escuchado mil veces..., y eso me permitió también centrarme en la producción y composición. Ahí grabé mi segundo EP (Tadaima), en el que quería mezclar bases de trap con guitarras eléctricas tipo midwest emo, y también el último lanzamiento, Autómata, un doble single con el sonido más maduro. Letras más viscerales, sonidos más oscuros, voz más trabajada... Muestra un nuevo estilo que tontea con el hyperpop, el D&B y lo sintético.

Ese crecimiento en el sonido no deja de lado el espíritu del ‘do it yourself’. ¿Cómo son los procesos de composición, grabación y producción de las canciones?

Siempre he querido mantener la producción ‘en casa’, salvo en pequeñas ocasiones. Todo comienza en casa, al fin y al cabo. Es donde empiezo a componer las canciones al piano. A veces tardo mucho en encontrar una melodía que tenga sentido en el ordenador, pero, una vez ahí, empiezo con la producción, y es donde mejor me lo paso: vas quitando y añadiendo cosas, ensuciando sonidos... Me gusta bastante todo ese proceso. Y cuando encuentro sentido a lo que he hecho, empiezo a escribir la letra.

¿Cómo se llevan al escenario estas producciones?

Hasta hace muy poco, tocaba solo y estaba muy limitado. Intentaba lanzar las canciones, cantar, manejar el pedal de efectos y meter algo de percusión, a la vez que intentaba llenar el escenario yo solo..., era un desastre [Risas]. Ahora, con Salva, creo que nuestro directo ha cogido mucha fuerza.

Su EP del año pasado se llama Tadaima, que en japonés significa ‘Acabo de regresar’. En las letras se ve una apreciación por temas cotidianos, de cierta intimidad personal. ¿Sobre qué escribe?

Muchas veces escribo sobre lo que te puede apoyar una persona cuando estás al límite y necesitas un empujón para salir del bucle. Otras pues escribo sobre que estoy triste o sobre una relación. Prefiero describir las cosas de forma sencilla y directa, sin recursos literarios que diluyan el mensaje. Si estoy enfadado, digo que estoy enfadado. También me gusta mucho describir escenas recurrentes en mi vida de forma minimalista. Pero en las últimas canciones sí que he cambiado el contenido. Ahora estoy tratando de describir la angustia e impotencia que genera esta sociedad en el individuo, y de no callar ante la censura ni ante situaciones que no están bien.

Además de en los nombres, la influencia japonesa aparece en la estética. ¿Por qué este interés por el mundo nipón?

Creo que no habría Musubi sin la influencia de la cultura japonesa. Es un aspecto que define el propio proyecto. Siempre me ha gustado bastante la animación japonesa, su cultura y sus formas de ver la vida. Hay conceptos muy interesantes dentro del sintoísmo que claramente han influido en su forma de ser, como el ‘Musubi’, o el ‘wabi-sabi’. A nivel estético me parece increíble el mundo de la animación retro japonesa, al estilo Akira o Perfect Blue. Siempre ha estado muy presente en mi ocio y mi vida.

Ha publicado bastantes canciones en formatos cortos. ¿Hay un trabajo largo a la vista?

Por ahora, no. Pero estamos trabajando en un nuevo EP con el que combinar sonidos ochenteros y bakalao, con producción electrónica y D&B. El formato EP me gusta mucho y me siento muy cómodo en él; me permite explorar nuevos estilos y ver qué tal me siento con cada trabajo.