Es curioso como la cocina popular se las ingenia para obtener de los ingredientes más sencillos platos realmente resultones. La tortilla, reina de la cocina simple y clásica, puede dar resultados sorprendentes cuando se multiplica y diversifica. El pastel de tortillas es precisamente esto: una versión festiva de la clásica tortilla. Es posible que la situación económica ayude a mantener su vigencia. Y está claro que una superposición de tortillas, llámesele pastel, milhojas o timbal, de gustos varios, tiene su gracia. La de patata no suele fallar, pero también es frecuente la de queso, champiñones, pimientos, cebolla, calabacín, jamón...

El punto final suele ser una capa de bechamel o salsa de tomate. A partir de aquí las posibilidades son infinitas. No es un plato ligero, digestivo ni de preparación rápida, pero es asequible y su aporte de proteínas de calidad es elevado. Hay que recordar que la cantidad adecuada de huevo es la que equivale a dos unidades y que, sobre todo en verano, las tortillas deben estar bien cocidas.

- Para que el pastel sea más ligero y digestivo, hay que cocer cada tortilla con poco aceite, incluir verduras y evitar rellenos de embutidos, queso graso o vegetales fritos.

- Una propuesta saludable: tortilla de patata asada, de pimiento asado, de champiñones y de tomate y albahaca. Para recubrirlas, salsa de tomate.

-Quienes deban cuidar su línea y su colesterol, pueden elaborar las tortillas con dos claras por cada yema.

- También se pueden hornear. Se vierten los ingredientes en un molde engrasado con aceite y se cuece cada una en el horno a 160ºC.

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