Metodología de trabajo. Es, según el chef Ricard Camarena, la clave que le permite tocar tantas teclas y tocarlas bien. Si no era un proyecto bastante ambicioso su triple negocio en Valencia, donde regenta el restaurante gastronómico que lleva su nombre -imprescindible-, el Canalla Bistró, con una oferta más desenfadada en la que abundan readaptaciones sin complejos de platos de distintas procedencias y la barra del Central Bar, en pleno Mercat Central, en la que sirve sabrosos platillos, el talentoso chef valenciano aceptó un nuevo reto: subir notablemente el listón de la propuesta gastronómica de uno de esos locales de moda en los que la buena cocina brillaba, hasta ahora, por su ausencia.

Se trata del Ramses Life&Food, un espacio inmenso -propiedad del empresario Jorge Llovet- junto a la puerta de Alcalá dividido en diferentes ambientes y con interiorismo inconfundible de Philippe Starck. Ha transcurrido casi un año desde que Camarena tomó las riendas de las diferentes cocinas del establecimiento. Tiempo suficiente para darle la vuelta a la tortilla y seducir, especialmente con la propuesta del Bistrot, situado en la segunda planta, a una clientela más ávida de disfrutar comiendo que viendo y dejándose ver.

No cree el chef que el sello de un profesional reconocido, como es su caso, suponga garantía alguna de éxito. "Al contrario, las marcas a veces sólo sirven para crear falsas expectativas". La buena organización del trabajo y la confianza en José Marín, que durante años fue su jefe de cocina en Valencia, y la apuesta por una cocina sencilla y sabrosa, son -asegura- las claves de su éxito.

Platos como los sabrosos tomates de colgar con pesto de rúcula y anchoa, los delicados espárragos de Tudela con matices ahumados, la caballa y cogollos encurtidos en sésamo, la parpatana (parte muy grasa de la clavícula del atún)cocinada en su propio jugo o el arroz con bogavante, con toques cítricos y hierbabuena, sitúan al comensal en territorio Camarena. Los sabores defi nidos, la debilidad por los encurtidos y el buen producto sin excesivas complicaciones son un aliciente para visitar uno de los locales de moda de Madrid a los que ahora, además, merece la pena ir a comer.