Año 1996. Dale DeGroff, uno de los grandes barmen, incorpora el cosmo al menú del Rainbow Room, restaurante de moda de Manhattan, después de que Madonna fuera vista bebiendo uno y de que el barman que se lo preparó recibiera llamadas de todo el mundo preguntando la receta.

Madonna tiene varios cócteles que le rinden tributo. Inspiró una revolución en el mundo del bar como reina del cosmopolitan.

Hace unos años asistía con mi esposa a un concierto de los Rolling Stones en Barcelona; a la tercera canción nos miramos y decidimos marcharnos a cenar (lo siento, Mick). Años y años interpretando las mismas grandes canciones, pero siempre las mismas y del mismo modo. Sucede con muchos intérpretes. Este no es el caso de Madonna, siempre reinventándose. Versiones increíbles las suyas.

Apoyándose en ella ha cambiado la cultura del bar. Su relación con el cosmopolitan, icono de la coctelería moderna, ha supuesto el detonante de ese cambio hacia el glamur y lo femenino. Madonna Louise Verónica Ciccone nació en 1958 en Bay City, Michigan (EEUU). Tercera de ocho hermanos, se quedó sin madre a los seis años. En la escuela se reveló como excelente estudiante y líder nata. Tras graduarse, recibió una beca de baile para la universidad. Su profesor, Christopher Flyntro, es clave en su vida; le mostró las discotecas gays y le aconsejó que se dedicase al baile. A los 16 años se marchó a New York a probar fortuna.

"Fue la primera vez que viajé en avión, en taxi, la primera vez en todo. Llegué con 37 dólares en mi bolsillo. Es lo más afortunado y valiente que he hecho en mi vida", afirmó. Sus inicios fueron duros: camarera, modelo para pintores, fotógrafos (desnudos que años después le costarán chantajes). En esta época sufrió una violación.

Llegó a estudiar con un referente de la danza moderna: Marta Graham. En el 79 y mientras trabajaba como bailarina en el show de Patrick Hernández, conoció a Dan Gilroy, que se convirtió en amante y con el que creó su primera banda de rock, donde tocaba la batería, la guitarra y era vocalista. En el 80 creó otro grupo, Emmy, empezó a escribir, cantar y producir música disco y dance y a adquirir fama en clubes de Nueva York. Una demo de su novio Stephen Bray acabó en las manos del productor de Sire Recods, Seymour Stein. Su primer single Everybody, joya para coleccionistas, no tuvo éxito. Sus canciones emitidas en emisoras de r&b hicieron creer a muchos que era una cantante negra; cuando la discográfica aclaró que era blanca perdió a parte de sus seguidores negros. Pero siguió grabando más temas. Entenderán que Madonna forme parte de mi vida, de mis valores. Lucha y más lucha. Cultura del esfuerzo.