Saborear una buena taza de café es uno de los mayores placeres de los que uno puede disfrutar a diario si se sabe cómo prepararlo de forma correcta.

Es obvio que tener una máquina de calidad es fundamental para conseguir una buena taza pero cierto es también que las caferías cuentan con cafeteras industriales y en muy pocas se sirve un café inolvidable. El grano que elegimos o el agua que echamos también son elementos clave. Repasamos, por lo tanto, cuáles son los secretos mejor guardados para preparar un buen café en casa:

Tipo de café

Lo primero que tenemos que hacer es comprar un buen café. En España se consumen básicamente dos tipos . El arábica y el robusta. El primero tiene menos cafeína y es más suave. Los robustas tienen más cafeína y su sabor es más fuerte.. El café de paquete suele ser una mezcla de ambos y en las máquinas el usuario puede elegir el que más le gusta. Eso sí, siempre hay que optar por los naturales y huir de aquellos que están mezclados con azúcar como el torrefacto.

En grano

Compra granos lo más frescos posibles. Los granos de café pierden propiedades en cuanto se procesados. Moler el grano en casa, ya sea con un molinillo manual o uno eléctrico, y al momento es la mejor opción si queremos saborear la mejor taza de café. Recuerda siempre guardarlos enteros, en un bote hermético y un armario, alejado de la luz solar, para que su calidad no se pierda.

La calidad y cantidad de agua

La calidad del agua que usamos para elaborar el café también importa. Se recomienda utilizar agua mineral. Si contienen mucho cloro alterará su sabor. Nunca viertas agua caliente para acelerar el proceso. La infusión debe calentarse de forma gradual.

Respecto a la cantidad que hay que echar, debemos encontrar el punto justo. En muchas cafeteras ya nos viene marcado el punto exacto pero por ejemplo en las cafeteras italianas hay quien la vierte hasta el centro de la válvula para deja escapar el vapor. Este es un buen truco que puede marcar la diferencia.

La proporción de café

En la mayoría de cafeteras ya nos indican cuánto café molido debemos echar. Ni más ni menos. Se debe verter con suavidad, a pequeños toquecitos y jamás presionar el filtro para que quepa más.

Servir el café

Si has realizado tu café con una máquina italiana, no olvides servir el café romoviendo lentamente la cafetera para que la concentración de café sea la misma en todas las tazas.

Limpiar la cafetera

Tras degustar tu taza de café, limpia tu cafetera. Nunca dejes los posos hasta el día siguiente ni que se acumule suciedad en la misma porque esta mala costumbre arruinará nuestro próximo café.

Si tu cafetera es automática debes revisarla de vez en cuando tal y como te pone en las instrucciones de la máquina. La creencia popular de que una cafetera sucia de un mejor café es un mito.