Preparar un pollo al horno es, aparentemente, sencillo. Pero pese a seguir al pie de la letra la receta, el pollo no siempre queda jugoso y crujiente. Por ello, hemos seleccionado los trucos definitivos para que el pollo al horno te quede siempre espectacular.

Precalentar el horno a 180º, el truco infalible

De entre todos los trucos para conseguir un pollo al horno jugoso y crujiente, el que hay que aplicar sí o sí es precalentar el horno a 180-200 ºC. De esta forma, resultará casi imposible que el pollo no te quede súper jugoso.

Otros consejos para preparar el mejor pollo al horno

También existen otros consejos que, combinados con precalentar el horno a 180-200 ºC, hacen que el pollo quede jugoso, crujiente y con un sabor inigualable:

1. Salpimentar el interior

Cuando se prepara un pollo al horno, lo habitual es salpimentar el exterior del mismo. Sin prestar atención al interior. Sin embargo, es igual de importante echar sal y pimienta tanto en el exterior como en el interior de este.

Al salpimentar el interior del pollo, el aderezo irá directamente a la carne. Como resultado, la carne sabrá mejor y quedará mucho más jugosa.

2. Agua y aceite de oliva

Otro consejo para evitar que el pollo se reseque en el horno es frotarlo con agua y aceite de oliva antes de meterlo en el horno. De esta forma, la carne mantendrá su jugo y estará protegida frente a las altas temperaturas del horno.

Para evitar que el pollo se reseque en el horno, frótalo con agua y aceite de oliva antes de meterlo en el horno. Fuente: Getty Images

3. Mantequilla aromatizada

Otro truco de los mejores chefs es elaborar una mantequilla aromatizada casera. Bate mantequilla sin sal y añade las especias que más te gusten. Introduce la masa en la nevera hasta que esta se compacte.

Cuando la mantequilla aromatizada esté lista, sácala de la nevera y mantenla un tiempo a temperatura ambiente. A continuación, añádela entre la piel y la carne del pollo. Este truco aportará sabor y jugosidad al plató.