Hace cuatro años el matrimonio formado por Jerónima Pérez y Antonio Caravaca decidieron transformar su hogar, una antigua torre de Churra, construida junto a la formación rocosa de El Castellar en el actual restaurante Puerta de Murcia, un lugar que sin lugar a dudas tiene un halo mágico.

Ese montículo rocoso, que en su día albergó un nacimiento de agua, apelado Castellar tiene algo que te atrapa. ¿Magnetismo? Estamos hablando de una antigua torre familiar con más de doscientos años de historia situada a los pies de un montículo ubicado en línea recta con la catedral de Murcia, con el castillejo de Monteagudo y con el Escorial murciano, los Jerónimos... ¿Será cierta esa leyenda que cuenta que todos estos puntos están conectados de una forma u otra?

En cualquier caso, estamos hablando de un paraje muy especial, hace dos días rodeado de huerta y, de repente, a tiro de piedra, de la Avenida Don Juan de Borbón, a pocos metros de la parada del tranvía.

Los amantes de la cocina tradicional murciana cuentan con un auténtico santuario donde peregrinar a pocos minutos del centro de la ciudad regentado en la actualidad por el hijo del matrimonio fundador, Juan Francisco Caravaca Pérez, a quien ayudan en sus funciones su hermano Jerónimo y más de una decena de trabajadores que se han convertido en este tiempo en una auténtica familia.

«La nuestra es una comida tradicional murciana -comenta Jerónima, cocinera y alma del establecimiento a quien ayuda su marido Antonio, quien cada día se recorre todas las plaza de abastos murcianas en busca de producto de primera calidad-. Todo lo que durante toda la vida hemos comprado para nuestra casa seguimos trayéndolo para el restaurante».

Son especialistas en carne a la brasa y arroces -a banda, de conejo con caracoles, de costillejas y magra o de marisco o bogavante, caldero o arroz negro, de verduras o fideguá, pero no debemos dejar de probar su excelente y diferente arroz con pulpo-.

Aunque el interior del restaurante es totalmente acogedor, resulta un auténtico placer comer en su idílica terraza exterior, que estos días estrena nuevas pérgolas.

Para los amantes de los aperitivos, la barra del Puertas de Murcia es un auténtico paraíso con más de 25 o 30 tipos de tapas fuera de la carta que van variando a diario. No podemos dejar de recomendar sus ensaladillas -de cangrejo, de alcachofa o la tropical con piña, jamón york y pasas- o su riquísimo pulpo roquero cocido y pasado a la plancha, el crujiente de pulpo con salsa de soja o sus palitos de berenjena rebozados con harina de garbanzo y fritos con miel de flor de caña. Para abrir boca son recomendables sus delicias de queso fresco en tacos rebozados y con mermelada de fresa o sus riquísimas empanadillas caseras tropicales, de carrillera o de ternera, además de sus alcachofas a la romana con jamón, su sandwich de berenjena con jamón o su champiñón relleno con gambas.

En cuanto a sus carnes destacamos sus tiernísimas costillas de vareta de cordero, el solomillo o el entrecot de ternera gallega o de angus.

Cuentan con una espléndida carta de vinos asesorada por David Pintado, de La Bohemia, entre los que destacan el excelente Emilio Moro de 2012 o el Alma de Luzón de 2009, por citar algunos.