En uso moderno, una cabaña es una vivienda sencilla, típicamente ubicada en áreas rurales o semirrurales; pero en otros casos, como sucede con la Cabaña de la Finca Buenavista de Pablo González-Conejero, sirve para referirnos a casi una catedral, un auténtico 'templo de la gastronomía' donde se rinde culto, desde hace doce años, al sabor con mayúsculas obtenido a partir de productos de primerísima calidad, traídos de cualquier parte del mundo, elaborados con la certeza de provocarnos sorpresa y todo tipo de sensaciones en nuestro paladar.

Pablo González-Conejero y todo su equipo (formado por una treintena de excelentes profesionales) han conseguido crear el escenario ideal, en un espacio privilegiado, levantado en un auténtico vergel, entre palmeras, olivos centenarios, una refrescante y frondosa vegetación y rodeados de agua, mientras nos adentramos en la espectacular cabaña construida con vigas de derribo, maderas de traveseras de vías de tren y troncos de Brasil, bajo un techo de cañas traídas desde Marbella y decorado con cuerdas y maderas de Nicolás de Maya. Un microclima único donde, desde el instante en el que accedemos a su interior, pareciera que el tiempo se detuviera y se agudizaran nuestro sentidos desde el momento que degustamos el primero de sus sorprendentes aperitivos.

Solo atienden a una veintena de comensales por día (en sus espectaculares mesas de pizarra, sin mantel, diseñadas por Garrigós), excepto los jueves que hacen doble servicio y tienen una lista de espera de unos dos meses de media los jueves y viernes.

El chef francés Alain Ducasse decía que «la degustación de un plato debe dejar un recuerdo? si no queda nada en la memoria, significa que me he equivocado» y ese es el lema que cada día lleva a cabo Pablo y cada uno de los componentes de la Cabaña Buenavista como el maitre, Jesús López; el jefe de cocina, Miguel Pina, y el sumiller, Joan Belda, quienes ofrecen diariamente una carta diferente cuyos platos van variando constantemente en cuanto a producto y presentación, con sugerencias como el ceviche de langostinos con verduras y plancton, chipirón encebollado y jugo nibuta, ramen de bogavante azul con sésamo, salmonete con cigala, papada y piel de leche, bacalao negro con chato murciano y jugo de sus interiores o steak tartar con patatas estofadas. Cuentan con una bodega con más de mil referencias de vinos de todo el mundo y tres tipos de menús, el degustación express, por 55 euros; el menú Cabaña, por 70, y el Aniversario, por 95 euros.