La Caleta es una playa situada en el centro histórico de Cádiz. Y, al igual que sucede en el Puerto de Mazarrón, fue puerto natural en el que fondearon barcos de fenicios, cartagineses y romanos. Es la playa de menor extensión de toda la ciudad, y aislada del resto. Su principal atractivo radica en su ubicación, un escenario que ha inspirado a músicos y poetas. Los gaditanos la consideran como uno de los lugares más emblemáticos de su ciudad, siendo tema recurrente en coplas de Carnaval.

Cuando, hace dos años, decidió abrir un restaurante en el Puerto de Mazarrón el gaditano Ángel Martínez Garay, con la ayuda de su mujer, la murciana Lorena Turpín Martínez, no se lo pensó dos veces y decidió traer un trocito de la costa gaditana hasta las costas de Murcia para ofrecer a los murcianos los más típicos platos de aquella zona andaluza fusionándolos con la gastronomía murciana, de la que son grandes conocedores, después de haber regentado, durante seis años, su otro restaurante en Murcia, en la calle Raimundo de los Reyes, en la zona de las tascas, La Brasería de los Cubos.

Cuentan con una amplísima carta recién reformada con infinitas posibilidades de tapeo. No debemos dejar de probar sus espectaculares caballitos tamaño XXL y todo tipo de mariscos, almejas al ajillo, mejillones, atún de ijá, chopitos y gamba roja del Puerto de Mazarrón; siete posibilidades de entrantes, como su riquísimo rollito de bogavante con salmón; otras siete posibilidades de ensaladas como la ensalada La brasería con filetes de atún, tallos, aceitunas y pimientos de piquillo.

Todos los días preparan pulpo al horno y un crujiente pulpo a la plancha, pero su plato estrella, como sucede en la playa de La Caleta de Cádiz, son sus aplaudidísimas raciones de fritura de pescado variado que incluye bacaladilla, pescadilla, boquerones, cazón en adobo, chopitos, calamares y pimientos de padrón. O las frituras por separado de chopitos, torta de bacalao y gambas, anillas de calamar a la andaluza, cazón gaditano en adobo, boquerones fritos o de calamar nacional a la andaluza.

Para los clientes más jóvenes no olvidan en su carta cinco variedades de hamburguesas, en plato, la simple, la brasería, la caleta o la de bacon. También tienen gran aceptación sus sartenes de patatas fritas y huevos con salsa de queso, bacon y cheddar; salchichas, longaniza y pimientos; chorizos y pimientos; secreto ibérico; de lomo a la plancha, de chanquetes o de mejillones y gambas.

Entre sus carnes ofrecen secreto ibérico, entrecot de buey, costillas de cordero, costillar de cerdo ibérico a la barbacoa o pata de cabrito. En pescados cuentan con emperador, lubina, dorada y atún de ijá. Preparan al momento paellas de bogavante, mixta, de marisco o arroz a banda. Entre sus postres destaca el tiramisú, tarta de queso, pan de Calatrava, arroz con leche o la tarta de la abuela.

Tienen capacidad para atender en la terraza a más de 200 comensales y 120 en el interior y cuentan con un menú diario por sólo diez euros que incluye tres platos a elegir entre doce posibilidades. Por cada dos comensales nos regalarán una botella de vino de Luzón cualquier día del año.