Según la Wikipedia, el Lord Howden, militar y diplomático británico, tras retirarse sin derecho a pensión por problemas de salud, adquirió una casa a las afueras de Murcia, en el Barrio del Progreso, a la que dotó de un excelente jardín. Una casa llamada Torre-Caradoc (en honor al barón Sir John Hubart Caradoc, Dublín, 1799 - Bayona, 1873). Una casa, según dicen, llena de misterio que posee un estilo arquitectónico bastante inquietante, con una cruz puesta hacia abajo en el techo de su capilla. El lugar está verjado y abandonado. Según cuentan, la Casa-Torre la construyó el lord por amor a la embajadora de Cartagena. En este misterioso paraje se encuentra situado el restaurante Café Huerta Caradoc, regentado por Andrés Martínez Martín junto a su mujer, Salvi Martínez Montoya, en la casa que nació Andrés y que antes fue una vaquería.

«A partir de este mes de septiembre vamos a potenciar más nuestro restaurante diariamente -explica Andrés-, ya que antes sólo lo hacíamos comidas concertadas para grupos, celebraciones y eventos. Nuestra forma de cocinar es familiar. Hacemos una cocina tradicional murciana con nuestro toque casero potenciando el sabor natural del producto».

Cuentan con un espectacular espacio donde lo primero que nos llamará la atención es la tranquilidad y el silencio, al estar situado casi en plena huerta. «Son muchos los famosos que vienen hasta aquí buscando un sitio así para pasar desapercibidos cuando quieren comer en Murcia», nos explica el presentador de TV Juanma Isol, cliente habitual del local.

Cuentan con capacidad para un centenar de personas y un amplísimo salón para otras cincuenta, además de una zona reservada para media docena de comensales. Todo el local está profusamente decorado con decenas de antigüedades, con sillas de mimbre, maderas y ladrillo visto, y no falta desde una antigua gramola a un auténtico piano, futbolín, dardos y hasta un retrato de la Reina doña Letizia en una de sus paredes. Tienen aparcamiento propio y una espectacular terraza con una refrescante fuente central.

Su oferta gastronómica la conforman excelentes aperitivos como hueva y mojama, salmueras caseras limpiadas a mano, una especialísima ensaladilla de puerro, caballitos, calamares a la andaluza, embutidos de todo tipo, patés, solomillo ibérico con foie y diferentes minitapitas de tostas de todo tipo. No debemos dejar de probar sus banderillas Caradoc con cebolla, pimiento de piquillo, pepinillo, salmuera y queso de vaca fresco.

Su ensalada reina es el típico tomate partido con olivas y prestan especial atención a la hora de atender a personas con intolerancias alimentarias.

Preparan excelentes verduras a la plancha, pero su plato estrella es, sin duda, la paletilla de cabrito al estilo murciano. También preparan pollo y cordero a la brasa en su horno de leña.

Ofrecen guisos contundentes, como su olla de cerdo y arroces de todo tipo por encargo -especialmente recomendable el arroz con conejo y caracoles-. Los fines de semana cuentan también con marisco.

Sirven también cócteles de todo tipo y un espectacular café cremoso Caradoc que tiene versiones de verano y de invierno.