Tinta roja es el título de un tango de 1941 con letra de Cátulo Castillo y música de Sebastián Piana. También el título de una coproducción española y peruana dirigida en el año 2000 por Francisco Lombardi, basada en una novela homónima. Es, además, el noveno disco del artista argentino Andrés Calamaro como solista (lanzado en 2006). Tinta roja es también el nombre vulgar de una especie de planta fanerógama del género Rubia, del orden de las gentianasales, perteneciente a la familia de las rubiáceas y, también es, el órgano de expresión de los Colectivos de Jóvenes Comunistas desde 1997. Pero, desde el 18 de mayo de 2012 (en breve cumplirán cinco años), una nueva acepción se ha sumado a ´Tinta roja´. Se trata de un excelente restaurante en el barrio de Santa Eulalia donde podemos degustar exquisitas y divertidas tapas de autor de la mano de sus artífices, los hermanos Juan y Mari Carmen Ruiz Boluda y el chef David Vélez Navarro. ¡Ah! ´Tinta roja´ viene del color del vino con el que firman el maridaje de cada uno de sus platos.

Cuando accedemos al Tinta Roja lo primero que nos llamará la atención es un espectacular grafiti frente a la puerta, realizado por José Andrés, que nos muestra, en blanco y negro, una realista imagen de la fachada de la iglesia de Santa Eulalia tal como la veríamos si tuviésemos vista de rayos X y pudiésemos atravesar la pared con nuestra mirada. Paredes blancas y granates, salón con mesas con manteles negros y capacidad para más de 70 comensales, barra color marrón y paredes decoradas con imágenes antiguas de Murcia. Cuentan también con una pequeña terraza con cuatro mesas a la entrada.

Variedad de tapas

Lo que más nos sorprenderá de la oferta gastronómica del Tinta Roja es su gran variedad de sorprendentes tapas para picotear o para compartir entre varios comensales. En su nueva carta, recién reeditada, destacan como tapas estrella sus croquetas de melón con jamón, de pollo al curry, la croqueta rota de boletus y espuma de trompetas o el croquetón de gamba.

Para picoteo sobresale su ´Marinera a mi manera´, con una base especial que se aleja de nuestro concepto habitual de marinera, o su plátano frito con morcilla de Burgos y huevo de codorniz. Merece la pena probar también su crujiente de gamba con alioli de tinta de calamar.

Para compartir son ideales las ´Patatas Tinta Roja´, una especie de patatas bravas caseras con huevos rotos y jamón, o su rulo de queso de cabra con tomate dulce casero, miel y sésamo del que cuentan con una versión para celíacos.

También para compartir es su pisto ´murcianico´ con bacalao, sus tomates con sardina ahumada y guindilla sueca o el tomate partido con encurtidos y olivas de cuquillo.

Entre sus bocados más potentes destacamos su burrito de cordero con chutney de mango, salsa yogur y rúcula, el solomillo de cordero con crema de jamón ibérico y Pedro Ximénez, la mini hamburguesa de buey, la ventresca de atún con mayonesa de algas y cítricos o el solomillo de cerdo con torta del Casar.

Es conveniente preguntar por las sugerencias del chef, ya que cada día elaboran creativas tapas fuera de la carta como el erizo gratinado con langostino salvaje o la ventresca de atún con salsa de soja y gyozas (empanadillas japonesas), con un relleno más huertano que nipón.

Elaboran menús para grupos desde 22 euros con maridaje y postres caseros, como su especial versión de leche frita con chocolate y avellanas.

Para regar sus platos ofrecen vinos de la Región, que van variando, así como Rueda, Ribera y Rioja.