El pueblo minero de La Unión sólo tenía 50 años desde su creación cuando el vinagrero y bisabuelo de Fernando Martínez (cuarta generación que regenta el restaurante El Vinagrero) abrió la primera bodega en la misma ubicación que hoy ocupan 107 años después, que se dice pronto.

En más de un siglo han sido muchas las reformas y remodelaciones de El Vinagrero (las dos últimas en 2004 y 2009), pero siempre han sabido conservar la esencia de la primitiva bodega familiar, adaptada eso sí a los nuevos tiempos. Cuando accedemos al local, todos los detalles de su decoración nos evocarán otros tiempos como si casi se tratase de un café literario de época, al estilo del Café Gijón. Un pasillo repleto de fotografías de visitantes ilustres que han pasado por el local (toreros, cantaores, gastrónomos, actores, cantantes y artistas de toda índole) nos llevará hasta el gran y elegante comedor, con sillones de cuero, mesas con blancos manteles, suelo de madera oscura y con capacidad para unos 40 comensales, cuya decoración evoca ineludiblemente a la guitarra flamenca tan presente en La Unión.

La mujer de Fernando, Mamen Pini Gallego, es la artífice de su aplaudida cocina, considerada todo un símbolo de la gastronomía regional, con la ayuda de José Antonio, Esperanza y Erika.

Además, a lo largo del año planifican una amplísima agenda cultural con conferencias de flamenco, presentaciones de libros, exposiciones, jornadas gastronómicas como las de Cocina de Cuaresma, encuentros de alta cocina o recitales de poesía.

COCINA DE MERCADO

La carta de El Vinagrero combina las más tradicionales recetas de sus predecesores -como el paté de zarangollo o el hígado de rape con ajetes- con platos de la cocina más actual, con un especial cuidado por ofrecer la mayor calidad del producto para su elaboración.

Pescados y mariscos según mercado, desde langostinos del Mar Menor hasta gallo pedro o gallineta, medallones de bonito con pisto y puré de patatas, bacalao confitado sobre concasse de verduras con cebolla tierna, lubina en pasta brick rellena de setas, salmón con salsa de coco sobre patata confitada o merluza estilo Vinagrero (una zarzuela de mariscos con un toque personal). También preparan, según mercado, un exquisito pulpo al horno con verdura sobre patata confitada, arroces como el de costillejas o el de marisco y carnes ibéricas y frescas como su carrillera casera de cerdo ibérico estofada, la pluma ibérica, las chuletillas de cabrito o la carne de vaca rubia gallega.

Al ojear su carta debemos prestar especial atención a las recomendaciones del chef, que ofrece su ensalada de brotes frescos; boquerones rellenos de jamón y pimiento, acompañados de salsa tártara; almejas salteadas con ajos tiernos y piñones; pastel de zarangollo con morcilla o verduras en tempura o la milhoja de verduras en tempura con bacon, foie y salsa de parmesano.

Entre sus entrantes cuentan con excelentes ensaladas, como la de lechuga en cogollo, tomate, anchoa, palmito y taco de bonito; la de verduras asadas o la de sardinilla, tomate y alcaparras sobre lecho de salmorejo. Y de postre, espuma de galletas con cremoso de chocolate, tarta de queso al horno con helado de vainilla o su especial leche frita con arrope.

Su carta de vinos incluye más de un centenar de referencias de todas las denominaciones de origen.

Ofrecen diferentes menús degustación con platos para compartir, menús para grupos desde 25 euros y menú del día por 20 euros que incluye una ensalada, un entrante y dos platos a elegir con postre y bebida.