La Unión existen dos templos dedicados al Cante de las Minas: el mítico Mercado Público de Víctor Beltrí, donde cada año se celebra el festival, y otro no menos importante, el Bar El Naranjito, regentado hasta hace poco por el querido y popular Pedro Hermógenes Ibáñez, ´El Perrogordo´, recientemente fallecido. Su viuda, María del Pilar Naranjo -de ahí el nombre del bar-, mantiene la memoria de su inolvidable esposo y prepara un excelente cochinillo en adobo y las más típicas y caseras tapas para una clientela asidua aficionada al flamenco. De hecho, allí tiene su ´santa sede´ la peña de la ´Iglesia Perrogordiana´, que cada año entrega sus premios Naranjitos de Oro a los más emblemáticos cantaores que han pasado por La Unión.

En 2014 el premiado fue J. M. Gamboa; Juan Verdú, en 2015; la japonesa Kyoko Shikaze, en 2017 y, este año, el Naranjito de Oro recayó en el cantaor Rafel Majavacas, mientras que los Naranjitos Honoríficos fueron para El Necesario y Los Contingentes. Unos premios que, especialmente este año, han estado cargados de emoción en recuerdo del inolvidable Perrogordo.

Cuando accedemos a El Naranjito nos llamará la atención su minúsculo tamaño, ya que ocupa una pequeña estancia de la casa particular de María Pilar, aunque cuentan también con otro pequeño espacio con capacidad para una decena de personas. Una desgastadísima barra por marcar el ritmo de los cantes y una auténtica sinfonola (máquina de discos de vinilo) conforman la decoración de este especial y encantador bar de La Unión, en la barriada Peñarrolla.