Cuando los responsables de 'Historia de nuestro cine' se plantearon cómo planificar el calendario de emisiones de un proyecto con recorrido tan largo, surgieron dos posturas. La primera era la de los partidarios de llevar a cabo un repaso cronológico a la historia del cine español, iniciándolo en la etapa del blanco y negro y continuándolo década a década para acabar en la de los noventa. Sin embargo, finalmente se impuso una segunda opción, que era la de agrupar semanalmente los filmes por aspectos temáticos, mostrando cada día de la semana películas de distintas décadas.

Cuando Fernando Méndez-Leite afrontó en 1982 'La noche del cine español' optó sin dudarlo por la primera opción. Es verdad que nunca pasó del cine de los sesenta, a la manera en que mis profesores de Historia del Arte en COU eran incapaces de pasar del siglo XIX, pero la verdad es que el programa quedó como muestra del trabajo bien hecho y rigurosamente documentado.

Esta semana, con motivo de la elección del tema del adulterio, 'Historia de nuestro cine' se ha acercado casi involuntariamente a la opción que rechazó de entrada. Y nos ha ofrecido en días seguidos películas producidas en menos de un lustro. Visionando una tras otra 'Clara es el precio' de Aranda, 'Vámonos', 'Bárbara' de Cecilia Bartolomé y 'El divorcio que viene' de Pedro Masó nos hacemos una idea muy certera del retrato histórico que el programa propone. En principio, tie ne confirmada su emisión hasta julio de 2018. De haber elegido la primera opción, ahora nos encontraríamos sumidos de lleno en este cine de la transición y de los primeros ochenta.

Mientras esto sucede en televisión, en el cine sufrimos el desaliento de asistir al estreno de 'Señor, dame paciencia' (Atresmedia, Cultura Europea). Un subproducto que nos habla a las claras sobre lo poco que han evolucionado los gustos del público español. Porque será un éxito.