Hacía tiempo que unas imágenes en televisión, una larga dosis de dos entregas, cada una de una hora de duración más o menos, no me dejaban pegado al asiento, y sin pestañear, por su dolorida belleza en descomposición. Hablo de Home, historia de un viaje, uno de esos documentales que hacen grande y única a La 2, uno de esos trabajos que rezuman amor a la tierra, a nuestro planeta, y saben transmitírtelo e irritarte porque el ser humano no es su aliado sino su enemigo.

Firmado y filmado por Yann Arthus-Bertrand, loco de las imágenes, maestro de la mirada, especialista en fotografía aérea, el resultado es de un perturbador disfrute. El documental, de 2009, se estrenó como Home, y aspira a concienciar al mundo de los problemas ecológicos y la rapidez con la que agotamos los recursos naturales. Su música conmueve como la brisa al amanecer.

Desde el primer momento me cautivó la voz del narrador, Albert Malla, bella, cálida, de una sonoridad que, sin ser beligerante para la ocasión, parece no sólo entender lo que cuenta sino tomar partido. Seguro que más de un espectador, y ahora lector, pensará que este comentarista llega tarde, que ya conocía el trabajo, incluso creo que La 2 lo pasó ya antes. Da igual.

Seguro que aún queda gente que no lo ha visto. Y es una lástima. Sirva esta columna para estimularle, para buscarlo y, en su caso, una vez hallado, disfrutarlo. Mientras los líderes mundiales salían de París con promesas para remediar la catástrofe en la Cumbre del Clima, La 2 ejercía de ejemplo de cadena pública, de faro en el que mirarse para poder decir, otra vez, menos mal que nos queda La 2.