Agotaron los capítulos de 'El hombre y la tierra', los de su serie de fauna ibérica, también la venezolana, y por último la canadiense. Y llegó 'Destino España'. Mil veces visto. Volvieron las entregas que todavía estaban en nuestras retinas de cuando las vimos al final del verano.

Estrenamos el año con 'España entre el cielo y la tierra'. Y volvimos a ver los 26 episodios dirigidos por José Miguel Azpiroz que concluyen con la canción de Alberto Cortez. Los mismos que también pudimos seguir mientras se celebraban los Juegos de Río.

Y prosiguen las repeticiones de 'España a ras del cielo', con el entusiasta Francis Lorenzo. Y 'Capitán Q', 'Diario de un nómada', 'Cuadernos de paso', 'El chef del mar', 'Red Natura 2000'. Seguimos con los Senderos de largo recorrido, igual que vimos por enésima vez la 'Ruta de la Vía de la Plata'.

Se repiten tarde tras tarde los episodios de 'Paraísos cercanos', cuyo narrador habla de principios de este siglo refiriéndose al XX. Y se siguen colando para cubrir huecos esos horrorosos retales de 'Cómo nos reímos' y 'Cachitos' que lo mismo te asaltan a media mañana que al caer la tarde.

Y uno se pregunta qué pasa con La 2. Evoca lo que pudo ser y no fue. Y resulta francamente descorazonador regresar a su parrilla de puro relleno. Ello por no hablar de los fines de semana, ay, cómo están los sábados y los domingos en La 2.

Menos mal que nos queda la franja cultural. Menos mal que ahí siguen, a las nueve de la noche, 'Imprescindibles', 'Página 2', 'Atención obras' y 'Días de cine', que junto a 'Historia de nuestro cine' nos ofrecen una alternativa digna. Aunque la felicidad no es completa, dado que el canal ni siquiera emite en HD. ¿Hasta cuándo?