Eurovisión se ha convertido en los últimos tiempos en una oportunidad para la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) de reivindicar sus derechos en las sociedades modernas. La actuación de la cantante transexual israelí Dana International, que se alzó como ganadora del evento en 1998, ya centró las miradas del público en el tema.

El LX Festival de la Canción de Eurovisión continuará en la misma línea reivindicativa. Tras la victoria el año pasado de la barbuda Conchita Wurst, quien levantó pasiones en los espectadores de toda Europa, Viena será la ciudad que albergue el concurso en 2015. La capital austríaca ha llevado a cabo una curiosa iniciativa para fomentar el turismo homosexual y apoyar a la comunidad LGBT, cambiando la tradicional imagen del hombrecillo de los semáforos por parejas gays y lesbianas de la mano.

En la pasada edición, la ciudad de Copenhague también realizó una iniciativa similar a favor del movimiento LGBT, con una celebración masiva de bodas entre parejas homosexuales durante el transcurso del festival.