Gloria Camila y Kiko vuelven a protagonizar la gala de expulsión, la octava. La nominación tuvo efecto dominó en el ánimo del exparticipante de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’.

El joven tacha a todos sus compañeros de "hipócritas". Una actitud que no le viene nada bien de cara a la audiencia.

Horas antes del programa se barruntaba en redes su expulsión, pero para disgusto de sus detractores fue el primer salvado de la noche.

En la Palapa, Jorge Javier aprovechó para abroncar a los concursantes que rumorean sobre un posible amaño del ganador por parte de la organización. Paola y Alba señalaban a Leticia Sabater como la que comenzó con el ‘chascarrillo’ . "El reality, como la tierra, es para quien se lo trabaja", subrayó Vázquez.

Además, se vio la hora sin cámaras de Kiko y Gloria, mejor dicho se escuchó. . La joven confesó al presentador lo duro que habían sido estar dos meses sin sexo, pero el conflicto llegó con el tamaño de la tarta de cumpleaños que degustaron a solas. La mayoría entendió que se la repartieran hasta que vieron la réplica en manos de Lara Álvarez y llegó el enfado general porque el dulce tenía tamaño suficiente para todos.

Las alianzas oscilan y cambian de un día para otro e incluso en el transcurso de 24 horas en varias ocasiones dependiendo del ánimo general. Alba y Paola hicieron piña, pero tuvieron sus más y sus menos con los problemas de la italiana con el idioma. Iván decidió dar una oportunidad a la italiana y se ha propuesto sacar la tableta de abdominales a José Luis a cambio de unos cuantos buenos consejos de superviviente.

Edmundo, expulsado por la audiencia, será el primer habitante de la casa del árbol. El cómico encontrará, por fin, esa paz que tanto anhela. Ahora tendrá que pescar, si quiere sobrevivir, nadie lo hará por él, así que seremos testigos de su capacidad real de supervivencia, ya que al principio del concurso se jactó de lo fácil que le estaba resultando la experiencia. Solo podrá salir dos horas del Palafito para buscar alimento en el mar, coger caracolas y recolectar frutos, y nunca podrá ser por la noche.