Las cifras son irrefutables. El negocio de la comida a domicilio subió en el año 2016 un 7% con respecto al anterior y supuso unos 1.140 millones de euros. Aunque los ingresos apenas superan el 3% del total de la facturación total de la restauración, unos 35.000 millones, estos datos demuestran la tendencia de los españoles a echar mano cada vez más de estos servicios, debido a la falta de tiempo y a las escasas ganas de pelearnos con los fogones.

Esta línea ascendente ha hecho que la comida a domicilio se haya convertido en una fuente de ingresos o de trabajo para muchas personas. 'Comando Actualidad' demostrará in situ esta evolución en 'A mesa puesta', programa en el que los espectadores conocerán cuatro casos con los que comprobarán cómo hemos pasado los límites de la pizza y del menú chino para las noches de los fines de semana.

Como Miriam, profesora de patinaje, que además compagina su trabajo por la noche en una discoteca con su nueva ocupación de tarde repartiendo comida a domicilio en bicicleta. Los platos que transporta a dos ruedas se cocinan en restaurantes y se comen en casas particulares. Como ella, cientos de autónomos, estudiantes o trabajadores, a tiempo parcial, obtienen un sobresueldo mientras pedalean por el centro de las grandes ciudades.

Para que llegue crujiente a la mesa de sus clientes, Mari fríe los boquerones en aceite de oliva. El tiempo límite entre que los saca de la freidora y llegan al domicilio de sus clientes no puede sobrepasar los 30 minutos. Ese es el primer reto. El segundo, haber convertido una de las freidurías más antiguas de Sevilla en uno de los estandartes de la comida a domicilio. El culpable fue Pascual. Tenía que reinventarse y lo consiguió metiendo un ventilador dentro de la maleta de una moto. Las aspas sacan el aire caliente y el pescaíto no se ablanda en el trayecto de la freiduría a los domicilios.

Negocio en expansión

Gloria y Leonor pican cebollas, enharinan croquetas, salan merluza y preparan el pisto que servirán en una veintena de pueblos de Palencia. La cocina la tienen en Saldaña, pero cada día recorren 75 kilómetros con las tarteras rebosantes. Su menú se sirve a domicilio por cinco euros con cincuenta. Empezaron con tres clientes, ahora tienen 75. Han encontrado una salida laboral en una zona rural donde el paro femenino está quince puntos por encima de la media nacional.

Efrén era consultor, probó suerte en 'MasterChef' y al terminar el concurso su vida dio un giro. Empezó cocinando en casa la comida que después servía a domicilio, para pagar el alquiler de su piso, y ahora tiene su propia empresa y de sus fogones salen cuatro mil platos a la semana. José creó en 2011 la primera empresa de comida a domicilio en España. El futuro de la gastronomía, asegura, está en la comida a domicilio que se compra y se vende a golpe de clic en internet.