El estreno de ´Hay una cosa que te quiero decir´ en Telecinco, conducido por Jorge Javier Vázquez, y 'Avanti' en Antena 3, presentado por el televisivo todoterreno Carlos Sobera, nos invita a retroceder en el tiempo para recordar los programas y concursos más míticos de las últimas décadas en la televisión de nuestro país.

Tras seis años sin aparecer en televisión, el presentador Ramón García ha anunciado que vuelve a La 1 de TVE, a partir del 7 de mayo, con "¿Conoces España?", un concurso a modo de "trivial ibérico", en el que se premia el conocimiento de cultura general y de curiosidades sólo de España.

De lunes a viernes, "¿Conoces España?" va a retar a cuatro concursantes a contestar "preguntas temáticas sobre España" de gastronomía, tradiciones, televisión, personajes populares, deporte, historia, cine o literatura, entre otros, ha explicado el presentador de "Así son las mañanas", de la COPE.

"¿Conoce España?" ofrece "un repaso de cultura general de nuestro país" de una manera entretenida, ha comentado García, que ha presentado las campanadas de Nochevieja durante once años.

La dinámica de "¿Conoces España?" es "sencilla": cuatro concursantes lucharán, en cada programa diario de media hora, por acertar todas las preguntas de las tres primeras fases y llegar, también, a la final.

El finalista opta al premio de 4.000 euros, cifra que puede ser superior si el programa tiene un bote acumulado en ediciones anteriores, ha precisado García, que a lo largo de su carrera ha presentado 17 concursos en televisión.

Con motivo del regreso de uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla hacemos un repaso para los nostálgicos que va desde ´El precio justo´ de Joaquín Prat hasta ´El tiempo es oro´ de Constantino Romero.

El tiempo es oro

Presentado por Constantino Romero, ´El tiempo es oro´ se emitió primero en La 2, para más tarde pasar al primer canal de TVE. En el programa los concursantes tenían que pasar varias rondas de preguntas, primero de temática general y luego de un tema más específico que los propios concursantes escogían.

El que llegara a la final, con ayuda de dos amigos, debía contestar a varias preguntas bastante enrevesadas, haciendo uso de enciclopedias en un tiempo limitado.

Un, dos, tres… responda otra vez

El programa, que empezó a emitirse en 1972, constaba de tres fases. La primera consistía en una tanda de preguntas a las que tenían que responder tres parejas de concursantes, entre las que estaba la pareja ganadora del programa anterior.

El presentador siempre utilizaba la misma fórmula para dirigirse a los concursantes, la seña de identidad del programa, ilustrada en la siguiente frase: "Nombres de árboles, por ejemplo el roble".

La segunda fase era eliminatoria y, en un principio, consistía en actividades de habilidad física en la que los concursantes, además, solían mancharse bastante. Sin embargo, en nuevas versiones del mítico programa, cambiaron estas pruebas por preguntas que daban el pase directo a la tercera fase: La subasta.

Si lo sé no vengo

Presentado por Jordi Hurtado y Virginia Mataix se emitía semanalmente en Televisión Española. Juanjo Cardenal, ahora la voz de ´Saber y ganar´, era el encargado de lanzar preguntas al concursante.

En el programa el concursante iba acumulando dinero por cada pregunta acertada- en concreto 10.000 pesetas - y kilómetros canjeables por un viaje.

"El osado concursante", que era como presentaban a los que participaban en ´Si lo sé no vengo´, podía jugarse lo ganado en un "doble o nada", con la esperanza de doblar la cantidad ganada.

El precio justo

El programa presentado por Joaquín Prat consistía en adivinar el precio justo de los diferentes objetos que iban apareciendo en el plató.

Los concursantes eran elegidos del propio público del mismo modo, sacaban algunos objetos a escena y las personas del público que más se acercaran al precio de dichos objetos pasaban de ser espectadores a concursantes.

Una vez seleccionados los concursantes, en concreto 4, luchaban entre sí por acceder al escaparate final, al que solo accedía un aspirante, para intentar llevarse los premios que iban desde coches hasta viajes.

Cifras y letras

Basado en el programa francés ´Des chiffress et des lettres´, Cifras y letras se ha emitido en multitud de canales españoles como La 2 y diversas televisiones autonómicas como Telemadrid o Canal Sur 2.

El programa consiste en dos tipos de pruebas. La primera tiene que ver con las cifras y el cálculo mental. El objetivo es obtener un número natural mediante operaciones aritméticas elementales con seis números.

En 45 segundos el concursante que acierte la cifra exacta o más se aproxime a la misma, gana. La segunda prueba consiste en formar una palabra con diferentes letras que van pidiendo a voz de "vocal" o "consonante". En esta segunda parte del concurso, el que forme la palabra más larga gana.

Tres por cuatro

Presentado por Julia Otero, pero también por Constantino Romero e Isabel Gemio en algunos momentos, el programa se emitía de lunes a viernes al mediodía. Cada concursante tenía la opción de elegir el premio final por el que iba a competir, y en función de la cuantía del premio elegido, tenía que conseguir un número mayor o menor de puntos.

Cuando el concursante lograba los puntos, obtenía el premio en cuestión. El modo de hacerse con dichos puntos consistía en contestar a preguntas sobre minireportajes que visionaban en el mismo plató o mediante pruebas de habilidad mental.

¿Qué apostamos?

Presentado por Ramón García y Ana Obregón, las pruebas eran de lo más diferentes y variopintas, desde navegar en una piscina con un barco de papel hasta volcar una treintena de coches sin ningún tipo de ayuda.

Pero antes de llevar a cabo la prueba, había un grupo de famosos que tenían que apostar dinero en función de o que pensaran, es decir, apostar si el concursante conseguiría el reto o no.

El gran juego de la oca

Se emitió en Antena 3 y después en Telecinco. El programa emulaba un tablero de la oca con 63 casillas en el que siempre participaban cuatro concursantes diferenciados por colores.

A medida que avanzaban iban acumulando dinero, aunque también podían perderlo o doblarlo según la prueba. El primero en completar el tablero era el ganador y se llevaba el dinero acumulado.