Por encima de todo es un homenaje a los miembros del equipo de bomberos de Arizona, los conocidos como 'Granite Mountain Hotshots', gran parte de los cuales murieron en el transcurso de un terrible incendió que se declaró en Yarnell Hill. El siniestro que más víctimas causó en este cuerpo desde los sucesos del 11-S.

Hay que partir de esta base porque en el plano cinematográfico es una muestra modesta y de limitado recorrido que trata de mostrar el día a día de unos hombres dedicados a ayudar a sus semejantes y a evitar que se pierdan vidas con el fuego y que los bosques se calcinen. Un propósito encomiable que motivó que se pusiera en marcha un proyecto inspirado en un artículo de Sean Flynn, ´No exit´ (´Sin salida´), publicado en GQ.

Tercer largometraje del director Joseph Kosinski, tras ´Tron. El legado´ y ´Oblivion´. Carece de estímulos creativos, a los que renuncia conscientemente, y se limita a reflejar algunas anécdotas de la vida privada de los bomberos y el paulatino proceso de amistad que se va forjando entre ellos a medida que salvan vidas, jugándose la propia, en los muchos incendios que irrumpen en las preciosas zonas verdes forestales de Estados Unidos.

Elige para ello, sobre todo, a un bombero joven y a uno veterano que estrecharán los lazos que les unen en su lucha cotidiana. El primero, Eric, es un oficial que sigue tan enamorado de su mujer como el primer día pero que contempla con desagrado que ella desea ser madre, contrariamente al planteamiento que ambos hicieron al casarse. En cuanto a Brendan, es la última incorporación al equipo y tiene la gran oportunidad de crear una familia, reinsertándose en una sociedad que lo empujo a las drogas y lo llevó a la cárcel.

Sin momentos de especial tensión, puesto que se ha renunciado a dar paso a la consabida situación límite del hombre acorralado por las llamas, y con un metraje excesivo de 134 minutos, no se podía esperar mucho más