Situada en la calle San José de Murcia, junto a la plaza de San Juan, tradicional enclave gastronómico de la ciudad de Murcia, se encuentra la Taberna La Parranda Pequeña (ojo, no confundir con otras denominaciones similares en la misma plaza). Fue fruto del amor y, como todas las cosas que nacen por amor, son proclives al éxito. La Taberna fue fundada en 1975 por Joaquín Guerrero Travel, abuelo de su actual responsable, José Joaquín Guillén Guerrero, que lleva cinco años al frente del negocio familiar. Allí es donde se conocieron sus padres, José y Clotilde, hija del fundador.

«Todo lo que soy se lo debo a ellos. Son la base de mi inspiración, sobre todo a mi padre, del que todo lo aprendí», comenta José Joaquín. «Desde que comenzó a cocinar con 16 años en el hotel Madeira de Benidorm hasta que llegó a Murcia trabajando para mi abuelo y así fue como conoció a mi madre». La Taberna La Parranda Pequeña se ha ganado dentro y fuera de la ciudad un reconocido prestigio durante tantos años de saber conjugar productos de primera calidad, principalmente de la tierra, con una exquisita elaboración y unos precios ajustados.

«¿Cómo habéis conseguido capear estos años de crisis?», le preguntamos a José Joaquín. «No nos podemos quejar, además de las ganas y el sacrificio que le hemos puesto, hemos tenido la suerte de mantener a nuestros empleados, una treintena entre los dos locales. No hemos recortado la calidad, hemos ajustado horarios de las jornadas y por suerte nuestros clientes no nos han fallado».

Sobre el auge en las diferentes cadenas de televisión de programas sobre chefs, José Joaquín opina que no le hacen gran favor a la hostelería. «No son didácticos, la gente los sigue más por el morbo de las relaciones entre profesores y alumnos que por lo que se pueda aprender en ellos».

Carnes y verduras son el fuerte de la cocina de la Taberna La Parranda Pequeña, pero debemos prestar especial atención a su nueva carta de tapas, mucho más elaboradas, donde destacan algunas como el pastel de zarangollo con morcilla gratinado al horno con mahonesa casera y piñones, su steak tartar o su sashimi de atún o el sabroso montadito de solomillo hembra con foie. No debemos dejar de probar sus exquisitas alcachofas laminadas con jamón ibérico o las estofadas con foie y Oporto ni las excelentes croquetas de queso Gouda con pollo campero o las de calamar en su tinta con gamba roja. Totalmente recomendables. Respecto a la cocina tradicional murciana que nos ofrecen destacan el asado de pimientos, el caldo con pelotas y en invierno la olla de cerdo o el mondongo.

La clave del éxito puede estar en la obtención de productos frescos del día. «A primera hora voy personalmente a la plaza, siempre a la de Verónicas», explica José Joaquín, «y mi primera visita obligada es al pescado para evitar que vuele lo bueno. Atún de Ijada (en Murcia atún de Ijá), gallo pedro, atún rojo fresco de tronco, calamar de potera, chipirón, merluza de pincho y bacalao son los productos que más nos piden».

Mención especial hemos de hacer a la extensa carta de carnes con las que cuentan: paletilla de cabrito a la murciana, chuletón de ternera de Ávila o el entrecot de ternera a la plancha. Una ternera comprada en canales a la que le dan una curación mínima de dos meses.

En definitiva, una cocina tradicional pero alternativa con mucho fondo donde se huye del simple ´plancheo´ o ´salseo´ y punto y se cuidan desde los fumées para el arroz o las cremas para las alcachofas. Cuentan con una amplia vinoteca donde destacan los vinos murcianos y que han ampliado recientemente con nuevos caldos con las denominaciones Bullas o Yecla. Juan Gil o Crápula son los más demandados.

Además de la amplia terraza justo a la entrada, acondicionada según la temperatura y que dispone de pantalla de televisión para los eventos futbolísticos, llama la atención la cuidadísima decoración del local, ambientada cada día con productos frescos, capazos con limones, pimientos, tomates, setas, berenjenas. El local, que fue reformado en 2004 con una decoración con materiales limpios y atemporales, cuenta con una amplísima barra con expositores repletos de tapas preparadas que nos llevan hasta un coqueto comedor al final, con paredes forradas de madera, decorado con un panel retroiluminado de imágenes murcianas que van cambiando según la época del año. La pared frente a la barra nos ofrece una muy buena colección de imágenes históricas de la ciudad de Murcia.

Por su comedor, además de los clientes habituales, no es difícil encontrarnos con figuras populares del cine, la literatura, el arte o la televisión como Alejandro Sanz, Pedro Piqueras, El Cigala, Concha Velasco, Amparo Larrañaga, Maná o Arturo Pérez Reverte, que suelen repetir visita cuando vuelven por Murcia.

Desde la barra una amplia ventana nos ofrece una cuidada imagen de la cocina desde donde observar cómo son elaboradas las comandas que hemos pedido.

La media de edad de su clientela oscila entre los 30/35 años pero en la Taberna La Parranda Pequeña se dan cita clientes de todas las edades y destaca la afluencia de clientes fijos. Es conveniente reservar con antelación. Entre la terraza y el comedor cuenta con un aforo de unas 75 personas. «Un cocinero sería un muy buen político porque somos capaces de llevar varias cosas a la vez. Imagino a mi padre de político, él si que nos pondría a todos firmes», indica José Joaquín.

Organizan eventualmente eventos gastronómicos de todo tipo. El próximo tendrá lugar el 15 de junio bajo el título Sabor a Japón en el que por 38 euros nos permitirá probar ensalada de tubérculos y algas, ceviche de mújol, yakisova, tartar de pez mantequilla, tataki de atún, vichyssoise de mango y vieira, uramaki tropical, urama tartar de salmón y nigiri de pez mantequilla entre otros exóticos platos.