Demostrar que la calidad y excelencia de un buen vino no se rige solamente por tener una denominación de origen ni porque sus viñedos estén situados en una determinada 'tierra joven y de bonanza' es el objetivo que se ha propuesto Bodegas Casa Rojo con su última creación: 'Las viñas bastardas'. La bodega jumillana ha comenzado el año presentando este vino tinto con el que se compromete a poner en valor el trabajo de los agricultores de las viñas viejas de la zona.

Hasta ahora, las tres denominaciones de origen más representativas de la zona (Jumilla, Yecla y Alicante) gozaban de tener los vinos más representativos y conocidos de nuestra Región, pero lo que hace especial a 'Las viñas bastardas' es precisamente no contar con una D. O., ya que por motivos geográficos y territoriales sus viñedos con los que se elabora han quedado desclasificados: «Tres denominaciones geográficas vinícolas que dejan un triángulo descalificado entre ellas, precisamente en la zona en la que se encuentra la bodega».

LA OPINIÓN, de la mano de Bodegas Casa Rojo y de su director de comunicación y sumiller, Fran Hidalgo, tuvo la oportunidad de vivir una jornada para comprobar cómo esta bodega de referencia nacional y que está en pleno auge de expansión por todo el mundo, elabora sus vinos, así como de manera concreta 'Las viñas bastardas'.

Este vino ha sido elaborado en el Paraje de La Raja, al sur del territorio marcado por la Denominación de Origen de Jumilla, a partir de las uvas escogidas en el año 2018 de las variedades Monastrell, tradicional de la zona; Cabernet Sauvignon, varietal de origen francés que aporta cuerpo y capacidad de crianza; y Tempranillo, varietal extendido en España que refuerza la fruta y la expresión del vino.

A pesar de que el Paraje de La Raja pertenece al término municipal jumillano, los viñedos de 'Las viñas bastardas' pertenecen, por unos escasos metros, al municipio de Abanilla. «El agricultor de esta zona estaba muy maltratado porque se le pagaba a muy poco precio la uva para elaborar el vino al no ser D. O.», según explicó Hidalgo.

Los viñedos de 'Las viñas bastardas', situados en los parajes de La Zarza y de La Raja, datan de hace más de 70 años, en ocasiones 90 años, tres generaciones de vida, de historia, de supervivencia, pero debido a los límites administrativos establecidos por la denominación de origen, creadas hace menos de 60 años, muchos viñedos al límite de estos términos quedaron fuera del consejo, a pesar de su calidad, quedando huérfanos, desprotegidos, sin nombre.

«Hoy, muchos de estos viejos viñedos descalificados son arrancados en muchos casos o abandonados a su suerte. Son un tesoro en peligro de extinción», según la firma. Por cada viña se han recogido cerca de unos dos kilos de uva, y se han embotellado algo menos de unas 80.000 botellas de 'Las viñas bastardas'. Recogida la uva durante las tres primeras semanas del mes de septiembre, se traslada en un camión refrigerado para evitar su oxidación hasta la bodega, que se encuentra a unos escasos diez minutos de los viñedos, para llevar a cabo durante los meses posteriores el proceso de elaboración hasta convertirse en vino.

Entre las peculiaridades con las que cuentan estos viñedos destaca que el terreno está situado a una altitud de 750 metros sobre el nivel del mar, con una amplitud térmica muy grande en los meses de verano entre la mañana y la noche, y el mar Mediterráneo se encuentra a unos 50 kilómetros en línea recta, por lo que le insufla una brisa constante que permite limpiar la viña y evitar plagas, evitando el uso de pesticidas y herbicidas. Además, las parcelas, al estar en pendiente, permiten evitar posibles inundaciones ante las fuertes lluvias.

En la vendimia de 2018 Casa Rojo seleccionó algunos de estos viñedos singulares junto los agricultores de la zona que generación tras generación han trabajado esas viñas ancestrales para elaborar 'Las viñas bastardas', un coupage de Monastrell, Tempranillo y Cabernet Sauvignon.

Una bodega consagrada y premiada

Casa Rojo ha cosechado en los últimos años diversos galardones y premios por su buen hacer en el mundo de la enología. Entre sus logros, destaca la mención especial a 'Mejor bodega de España abierta al turismo' en 2018; clasificada entre las 10 experiencias imprescindibles para el 2018, según la Consejería de Turismo de la Región por su experiencia Casa Rojo Experience; la obtención en 2019 del Certificado de Excelencia por parte de Tripadvisor, la plataforma de viajes más grande del mundo; así como la décima medalla de oro para el vino MachoMan Monastrell llega enconcurso internacional CIVAS, entre otros reconocimientos más recientes.

80.000 botellas

Casa Rojo, que ha marcado un estilo muy propio dentro del panorama vitivinícola español, vuelve a sus orígenes, a la Región de Murcia, y en concreto al Paraje de La Raja, elaborando el vino tinto 'Las viñas bastardas' del que se han embotellado de la añada 2018 algo menos de 80.000 botellas. Con este vino se pretende reforzar la idea de la gran extensión de viñedos que hay en España. Muchos de estos viñedos, centenarios y con una calidad excelente, de bajos rendimientos y alta concentración, han sido sin embargo abandonados a su suerte al quedar por escasos metros, en ocasiones, fuera de los limites (muchas veces caprichosos) de las Denominaciones de Origen, quedando por lo tanto sus uvas depreciadas y no siendo rentables para el agricultor.

Laura Muñoz, José Luis Gómez y la clave del éxito

Enólogos y gerentes de Bodegas Casa Rojo desde el año 2010. Laura Muñoz y José Luis Gómez son la 'cara visible' de la empresa murciana de vinos que cuenta con un equipo profesional conformado por una quincena de personas. En su filosofía empresarial está el cuidar al máximo el producto y elaborarlo con la máxima dedicación todos los días.

La bodega, referente arquitectónico

El diseño vanguardista y modernista que caracteriza a la sede de Bodega Casa Rojo, enclavada en el Paraje de La Raja, al extremo sur de Jumilla, no pasa desapercibido. Precisamente una de las mayores webs de arquitectura del mundo (ArchDaily) habla de esta bodega como referente arquitectónico a nivel mundial. El edificio, diseñado por el estudio de arquitectura Srta. Rottenmeier, está adaptado al entorno natural y con sus más de 3.300 m² acoge la elaboración de los vinos de producción limitada.