El congelador se ha convertido en uno de nuestros grandes aliados en la cocina. El actual ritmo de vida nos impide muchas veces disponer del tiempo suficiente para comprar productos frescos y preparar la comida cada día, lo que favorece el recurso a este aparato que prolonga la vida de alimentos y platos cocinados.

Pero la normalización de su uso puede llevarnos a cometer algunos errores que debemos tener en cuenta para disfrutar de los alimentos en las mejores condiciones posibles. Estos son algunos de ellos:

Tardar en congelar los alimentos

Lo mejor es congelar los alimentos lo más frescos posible. Y, como muchas veces compramos una gran cantidad de ellos pensando en congelarlos, no siempre nos apetece ponernos manos a la obra al llegar a casa para separar raciones y envasarlas. Cuando más tiempo pasen fuera, incluso en la nevera, más propiedades pueden perder. En el caso de los alimentos ultracongelados es recomendable incluso utilizar bolsas aislantes en el camino de la tienda a casa.

Creer que un producto congelado es para siempre

Aunque la idea fundamental del congelador es permitirnos tener a mano una gran variedad de alimentos, también debemos saber que nada es para siempre. Con el paso del tiempo, su textura y sabor se verán afectados. Por eso, es mejor adecuar la cantidad congelada a nuestro consumo, así como tratar de elegir siempre los alimentos que más tiempo hayan permanecido congelados.

En todo caso, debemos tener en cuenta el tipo de congelador de que disponemos, ya que no todos ofrecen las mismas prestaciones. Hay que fijarse en las estrellas. Cada una representa -6ºC y los óptimos son los que tiene al menos tres, que pueden conservar los productos durante meses. Los de una estrella apenas serán útiles más allá de unos días.

Congelarlo todo

El congelador nos aporta comodidad con carnes o platos cocinados, entre otros alimentos, pero resulta más discutible utilizarlo para frutas y algunas verduras. Al contener una gran cantidad de agua, en el proceso de congelación de estos alimentos se generan cristales de hielo que rompen sus células y modifican su aspecto. Igualmente, no debemos introducir bebidas, ya que al convertirse en hielo pueden hacer estallar el envase.

Congelar platos cocinados que aún están calientes

Aunque las prisas pueden llevarnos a meter en el congelador algún plato recién cocinado, será mejor que no lo hagamos antes de que se haya enfriado. Introducir un alimento caliente obligará al aparato a un esfuerzo mayor para mantener la temperatura y, consecuentemente, a un mayor consumo eléctrico. Y, además, esa fuente de calor podría causar una descongelación parcial de los productos que ya estaban congelados.

Volver a congelar alimentos descongelados

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda no volver a congelar un producto que ha sido descongelado. Si ha pasado muy poco tiempo fuera del congelador y no ha avanzado el proceso de descongelación, sí podemos volver a meterlo. La otra opción para evitar desperdicios es cocinar ese producto y congelarlo posteriormente.

Descongelar a temperatura ambiente

Por regla general, no es conveniente descongelar a temperatura ambiente, aunque siempre debemos seguir las recomendaciones en el caso de productos envasados. Dejarlos en la encimera sin más es la mejor manera de favorecer el desarrollo de microorganismos y bacterias.

Si se tratar de un caso de urgencia, se puede utilizar el microondas, pero siempre si cocinamos el alimento inmediatamente después. Lo ideal, en cualquier caso, es descongelar los alimentos en la nevera con el tiempo suficiente.