Hace más de treinta años José Mármol y Josefa López fundaron el restaurante Mármol, situado en plena huerta, en la pedanía murciana de Santo Ángel. Un lugar al que resultaría difícil de acceder en aquellos años en los que no contábamos con GPS. Hoy, tres décadas después, su ubicación sigue siendo privilegiada, pues lo primero que nos llamará la atención cuando aparquemos nuestro coche en su propio parking, será la sensación de paz y tranquilidad que allí se respira, donde no se escucha ni un solo ruido más alto que el trinar de los pájaros que saltan de morera a morera en su amplio jardín, donde comer en familia, al aire libre, es un auténtico placer en cualquier época del año.

Hoy continúan el negocio los hermanos Mármol López, Gregorio, Javier, José, Mercedes y Eduardo.

Después de serpentear por carriles de la huerta llegamos al amplio aparcamiento del restaurante Mármol y, tras atravesar su jardín, dividido en dos zonas, una con suelo de césped artificial y grandes sombrillas, rodeado de moreras y olivos, y otra zona de terraza cubierta, con una cuidada decoración floral realizada por José Mármol que también es floristero, llegamos a la entrada principal del restaurante. Conforme entramos encontramos la zona de barra, de manises verdes, con veladores, tras la que se encuentra la cocina y una segunda zona que utilizan para emplatar. A la derecha encontramos el comedor principal, con capacidad para una treintena de comensales y podríamos pensar que eso es todo el espacio del que dispone el restaurante; pero ni mucho menos, tras una doble puerta accedemos a otro salón con capacidad para 50 personas y, tras otra puerta, encontramos un enorme salón de celebraciones con espacio para albergar a más de doscientos comensales. Y es que el espacio total del que dispone todo el recinto que ocupa el restaurante Mármol supera los mil metros cuadrados.

Ayudan a los hermanos Mármol un amplio equipo de extras con Miriam, Gabriel, Jessica, Natalia, Lucía, José David, Victoria y Yolanda, quienes elaboran y sirven una amplia oferta de platos de la cocina murciana más tradicional y con elaboraciones caseras.

Su plato estrella es sin duda su carne a las brasas de leña (cuentan con una parrilla de tres metros), de todo tipo, especialmente el pollo y las chuletas de cordero o el conejo a la brasa, el entrecot, o el secreto ibérico; además de sus aplaudidos arroces de todo tipo, de conejo con caracoles, de verduras, de pollo, de costillejas, de marisco y su caldero.

Su carta incluye una variada oferta de aperitivos, salazones, hueva, mojama, ensalada de ventresca de la casa; ensalada murciana, gran variedad de embutidos y su espectacular chiquillo a la brasa; calamar en todas sus elaboraciones: a la plancha, a la andaluza, a la romana o rellenos; croquetas caseras de jamón y queso, de berenjenas con parmesano o la de merluza y gamba.

Tampoco falta el pulpo al horno, al tradicional estilo murciano, caballitos, empanadillas caseras de roquefort y bacalao con tomate, tortilla de patatas, bacalao con tomate, verduras a la plancha, escalivada, pisto, zarangollo y un extenso surtido de las más típicas tapas murcianas.

Especial atención merecen sus asados, de pierna de cordero, de cabeza de cabrito, cochinillo y su conejo con tomate. Entre sus pescados cuentan con lubina y dorada y entre sus postres caseros cuentan con un delicioso flan de café y también hacen paparajotes con chocolate caliente y milhojas de crema.

En su bodega encontramos vinos de crianza y media crianza, que van rotando, de las denominaciones de origen Bullas, Jumilla, Yecla, Ribera y Rioja.