Un ron añejo de 25 años o un espectacular jamón ibérico de bellota son dos de los productos gourmet mejor valorados por los aficionados a la alimentación de superlujo. Pero existen otros tesoros comestibles que superan precios desorbitados no solo por sus originales sabores, sino por sus dificultades para producirlos.

Caviar de esturión

El caviar, asociado al paladar más sibarita, siempre se ha considerado el artículo gourmet por excelencia. Eso sí, su calidad varía en función de sus apellidos. Por ejemplo, el del esturión beluga albino es la variedad más cara del planeta. Sus cremosas huevas evocan sutilmente al Mar Caspio, del que proceden. Este exclusivo manjar puede llegar a alcanzar un precio de 10.000 € por kilo, aproximadamente. La medalla de plata se la lleva el caviar osetra (el kilo puede rozar los 5.000 €), cuyas huevas, con un ligero sabor a nuez y aroma a yodo, son más pequeñas.

Café de Civeta

Solo se producen unos 500 kilos al año de este café obtenido en Indonesia; de ahí su elevado coste (unos 900 € el kilo). También denominado kopi luwak, este café corresponde a variedades comunes, pero su manera de extraerlo lo hace diferente al resto. Se consigue a través de las deposiciones de un animal similar al zorro: la civeta. La base de la dieta de este omnívoro es la baya roja del café. Pues bien: el animal digiere la pulpa y elimina los granos enteros, que son los que se recolectan para después tratarlos adecuadamente.

Trufa blanca

El diamante por excelencia de la gastronomía se sirve en láminas finas y crudas. No se puede cultivar, así que el éxito de su recolección recae en el olfato del perro o cerdo encargado de su detección. Los canes más ágiles y avezados los encuentran bajo los robles, los avellanos, los tilos o los álamos, a 10 o 15 centímetros de la superficie. Solo podemos adquirir esta delicatessen entre los meses de octubre y enero, característica que convierte a la trufa blanca en una exquisitez cuyo precio se dispara. Para que nos hagamos una idea, en un año de escasez pueden llegar a pedirnos unos 450 € por cada 100 gramos.

Atún rojo

Kiyoshi Kimura, un popular empresario japonés dueño de una cadena de restaurantes de sushi, llegó a pagar 2,7 millones de euros por una pieza de 278 kilos. Se trata del pescado más codiciado del mundo. No en vano, el número de ejemplares adultos ha decrecido un 70 % desde mediados del pasado siglo. Claro que el atún rojo no alcanza en España precios tan estratosféricos, fundamentalmente debido a la ley de la oferta y la demanda. El kilo de este producto de alta gama puede rozar los 400 €. Hay que tener cuidado, eso sí, pues, en ocasiones, se pretende hacer pasar por atún rojo a variedades como el yellowfin, tintándolo con zumo de remolacha, para conseguir un color rojo más intenso.

Melón Yubari

Se erige como la fruta más cara del mundo. Una porción de su carne dorada, fina y pulposa puede rozar los 700 €. Su prestigio se asemeja al que suele concederse al arte. De hecho, comúnmente se organizan subastas en el Wall Street de las frutas: el mercado de Sapporo. Allí, en una ocasión, un interesado pagó 17.000 € por dos piezas. ¿Y qué tiene este melón, además de una exótica mezcla de dulce y picante, que le hace tan especial? Únicamente lo cultiva un centenar de vecinos de la pequeña ciudad que le da nombre, Yubari, perteneciente a la isla japonesa de Hokkaido. Por supuesto, se trata de un producto muy difícil de cultivar; tanto que sus semillas se guardan en cámaras acorazadas.

Azafrán

De cada flor del azafrán, denominado oro rojo, se obtienen únicamente 3 o 4 estigmas, por lo que para un kilo de este producto se necesitan unas 250.000 flores. Aún podemos añadir más complicación al proceso: esta ardua tarea se ha de realizar manualmente. Además, no es posible esperar más de medio día para mondar las flores y tostar los estigmas, solo así el azafrán conservará su aroma y su sabor. Por todas estas razones, un kilo de este tesoro gastronómico nos puede suponer un desembolso de 5.000 €, como mínimo. Hablamos de una especia de élite, la más cara del mundo, que, además se cultiva con éxito en España. La Denominación de Origen Protegida de Castilla La Mancha así lo atestigua.