La pasión por la gastronomía y el amor al mundo de las cervezas originaron la transformación de lo que comenzó siendo una carnicería desde 2007 y siete años después, en 2014, se convirtió en un moderno gastrobar donde degustar excelentes quesos, embutidos y carnes y donde se rinde culto al mundo de la cerveza en el moderno barrio murciano de Ronda Sur.

El artífice de la cervecería Trigo Sur, Antonio Solano Marín, no ha querido sin embargo perder el antiguo concepto de carnicería original y mantiene en zona preferente dos espectaculares vitrinas repletas de apetitosas carnes, embutidos (elaborados por su padre) y platos preparados de todo tipo. No tienen carta, ni falta que les hace, porque el cliente no tiene más que acercarse a ellas y elegir directamente los platos que quiera degustar.

La familia regenta también Trigo Limpio, otro establecimiento de similares características en El Ranero de la mano de su hermana Azucena.

Tras la barra de cristal nos llamará la atención, nada más acceder al local, un ejército formado por 16 grifos de cerveza que cuentan con un sistema de impulsión de los más avanzados de Europa, a través de bombas desde un espectacular recinto donde se refrigeran los barriles de Paulaner de trigo, de cebada y tostada, Affligem, Blonde, Maes, Afflige Double, Guiness, Foster, Murphy, Amstel Oro, Águila Radler de limón o de sidra Strongbow. Cuatro de esos 16 grifos los utilizan de comodín y cada semana incluyen barriles de cuatro tipos más de diferentes cervezas.

En cervezas embotelladas, cuentan con más de 250 cincuenta referencias para acompañar sus más de veinte variedades de quesos, sus embutidos y sus tapas y platos elaborados de todo tipo, entre los que destacan sus michirones, su calamar o su sepia, las patatas rellenas, sus caracoles con tomate, crujiente de berenjena con miel de caña, croquetas de boletus, sus piruletas de ternera rellena de bacon y queso con cuatro pimientas: rosa, roja, verde y negra, sus tortitas de camarón, o sus espectaculares montaditos de secreto ibérico. No en vano, su especialidad son sus carnes, entre las que destacan sus platos estrellas: el entrecot y el solomillo de buey. Todos los platos que preparan pueden ser para llevar a casa.

«Hacemos una cocina tradicional murciana al cien por cien, -explica Antonio- (a quien ayudan sus camareros Pedro, Rosario y Joaquín) y por suerte hemos conseguido tener un ambiente muy familiar gracias a una clientela fiel que repite día tras día y nos recomienda gracias al boca a boca».

Cuentan con una amplia terraza exterior y entre terraza y salón pueden atender cómodamente a unos ochenta comensales.

Su oferta de vinos no es muy extensa, apenas unas siete u ocho referencias, entre los que destaca el jumillano Pino Doncel de Bodegas Blesa.

Atención especial merecen sus postres caseros, alguno de ellos sorprendentes, como el helado de higo, o sus especialísimas tartas, como la de turrón, de queso, tarta de la abuela, la de manzana verde, la tarta de moka, la de fresa, la tarta de chocolate blanco con Petit Suisse, de leche merengada, la tarta de Baileys, la de chocolate blanco con cerezas borrachas o la de galletas Oreo.