El 'lechero de Los Dolores' Manuel Murcia Pérez, 'El Gilo', construyó con sus propias manos una pequeña taberna en la orilla del río Segura, debajo del Puente Viejo, que fue muy popular a comienzos del siglo pasado, hasta el punto de que un día hasta la visitó Francisco Franco en una de sus visitas a Murcia, y allí almorzó tan ricamente el dictador.

Años más tarde, en 1958, el Ayuntamiento decidió demoler la taberna y El Gilo y su familia pasaron a ocupar una vivienda familiar, en planta baja, en el recién estrenado barrio de Vistabella de Murcia, donde abrió sus puertas en el lugar que hoy conocemos como Bar Restaurante Vistabella, uno de los primeros del barrio. Tras la desaparición de Manuel Murcia, continuaron regentando el negocio sus hijos y fue bar, restaurante, freiduría y marisquería, además de pasar por otras manos. En la actualidad, desde hace 25 años, el bar volvió a manos de la familia y lo regenta su hijo Francisco Murcia Cánovas, 'Quico', quien nos ofrece, en su antigua casa familiar, una cocina tradicional con toques modernizados para la que emplea producto de primera calidad.

Cuando accedemos al Vistabella y nos fijamos en su atmósfera y su decoración parece que se haya detenido el tiempo, ya que mantiene el aire entrañable de los bares de antaño, lo que le confiere un encanto muy especial.

Además de dos zonas de barra, y cocina a la vista de los comensales, cuentan con cinco barriles donde tomar el aperitivo, un amplio salón con capacidad para medio centenar de comensales y una agradable terraza cubierta, con ocho mesas.

A diario no cuentan con una carta al uso -aparte de su amplia oferta de aperitivos con marineras, ensaladilla rusa, hueva, mojama, caballitos, pañuelitos de gambas, croquetas y empanadillas caseras, tigres, tortilla de patatas, calamar a la plancha o a la romana-, pero, por encargo, preparan cualquier tipo de platos, desde carnes -solomillo de ternera, entrecot de lomo alto de buey, chuletón de vaca rubia gallega...-, pescados, mini hamburguesas, montadito de solomillo con foie y pimiento confitado, todo tipo de guisos tradicionales o arroces de cualquier tipo. También preparan, por 3 euros, bocadillos, de salchicha, longaniza, lomo, bacon, panceta, morcilla, jamón con tomate, pechuga de pollo o queso semicurado.

Sus platos estrella son, sin duda, sus guisos, como la olla gitana, el cocido murciano con pelotas, olla fresca de cerdo, carrillera en salsa y todos los días preparan un plato del día (preferentemente un guiso) con el que, por diez euros, nos ofrecen además un entrante, cerveza, postre y café. Además, Quico de vez en cuando se saca de la manga platos tan sorprendentes como su especial volcán de patatas a lo pobre sobre el que chorrea un huevo poché, en forma de lava, al que además le añade una bengala encendida; lo acompaña de un nido de habitas baby y un timbal de verduras. Otro de sus creativos platos son sus croquetas peludas de gambas al pil pil, o entrantes como los 'Romancitos', de pastel de cabracho con huevas de salmón, o su sabrosa ensalada con tomates confitados, lechuga, zanahoria, escarola y sardina ahumada en roble americano.

Entre sus postres cuentan con tocino de cielo, pan de Calatrava, tarta de queso o de chocolate, natillas y flan, además de fruta.Amplísima oferta de cervezas

Cuentan con vinos de la Región, blancos de Rueda, rosados afrutados y tintos de Rioja y Ribera. Pero su gran especialidad son las cervezas de trigo, tostadas, pilsen, afrutadas, aromatizadas y artesanales de las que cuentan con más de medio centenar de referencias.

También cuentan con vermú casero y las copas, tras la comida, a partir de cuatro euros.