En 1983, el matrimonio formado por Juan Nicolás Serrano ('Juan el del níquel') -que trabajó durante muchos años en la fábrica de cromados Luis- y su mujer, Isabel López Giménez, abrieron, en Las Espigas, en la carretera de La Fuensanta, su primer negocio hostelero: un asadero de pollos y bar de tapas murcianas que fue el origen del actual Restaurante Níquel, en el Polígono Industrial Oeste de San Ginés, que con su metálico nombre rinde homenaje al desaparecido 'Juan el del níquel', y que hoy es regentado por sus hijos Teresa, Isabel y Luis Nicolás López con la auténtica cocina casera de su madre Isabel.

El espacioso restaurante ocupa una nave de más de 300 metros cuadrados repartidos entre la amplísima terraza exterior -cubierta, donde cuentan con dos chimeneas para brasas- y el salón interior, donde sirven diariamente más de un centenar de menús de la más tradicional cocina casera.

Cuentan con una clientela fija, que los visitan a la hora del desayuno, el almuerzo o la comida, y a quienes conocen por sus nombres y saben a la perfección sus preferencias a la hora de servirles el café, sus tapas favoritas o la bebida que cada uno suele tomar.

La espectacular barra, de más de diez metros, ofrece a diario desde sus vitrinas una amplísima oferta de tapas tradicionales a la hora del almuerzo, un espectacular pulpo al horno los viernes y migas si el día amanece nublado.

Abren de lunes a viernes y los fines de semana los emplean para celebraciones o cualquier tipo de eventos, como conciertos con tapeo.

COCINA CASERA TRADICIONAL

Después de los desayunos, a euro cualquier tipo de café y 1,20 el café con leche (los viernes nos ofrecerán un delicioso bizcocho casero con cada uno de ellos), llega la hora mágica de los almuerzos, con una amplísima oferta de tapas diarias: marineras, matrimonios, magra o calamares con tomate, tortilla de patatas, ensalada murciana, alitas de pollo, huevos a lo pobre con pimiento de Padrón, hueva, bonito con tomate partido, mejillones al vapor y en escabeche, choricitos picantes, calamar a la plancha, huevos rotos con patatas y jamón y, los viernes, patatas asadas con ajo, chipirones en salsa verde y un espectacular pulpo al horno a la murciana.

Su menú diario, por nueve euros, incluye dos platos, a elegir entre cinco primeros y tres tipos de segundo, ensalada, postre, bebida y café. Todos los días incluyen diferentes guisos de olla como arroz y habichuelas, olla gitana, potaje de acelgas, cocido, guiso con albóndigas de bacalao, guiso de costillejas, estofado de pollo o ternera, habichuelas con chorizo, fabada asturiana con embutido ahumado o una espectacular olla de cerdo. También elaboran todo tipo de arroces, a banda, de marisco, de verduras, de magra con costillejas, de conejo y, bajo encargo, arroz con bogavante, caldero del Mar Menor o cualquier otro tipo de arroz.

Entre sus platos de pescado cuentan con guiso de merluza, merluza a la plancha o a la murciana o marrajo con salsa verde. Y por sus brasas pasan excelentes carnes de cordero, pollo o cerdo, tocino, magra, salchichas y chorizos, entrecot de ternera, secreto al PX, carrillera en salsa y también hacen asados de pollo o cordero.

Cuentan con un excelente vino jumillano de la casa, por dos euros la botella de 70 centilitros y postres caseros, como su tarta de la abuela, tarta de queso, flan de café, arroz con leche, natillas, pan de Calatrava, mousse de limón o flan de coco.