Desde hace nueve meses, la gastronomía de la zona de las tascas de Murcia cuenta con una atípica taberna «sin malos humos», como la define su artífice, el joven pero veterano hostelero Isidro Martínez Martínez, con la ayuda de Antonio Manuel López Ruiz, alias 'Tony', y Patricia Tárraga, 'La Patri', en la cocina. Una taberna del siglo XXI al más viejo estilo tradicional con una carta de «sota, caballo y rey», siendo la sota sus ensaladas, tomate con ventresca; el caballo, sus bocatas de todo tipo, y el rey, sus cazuelas para compartir, como sus berenjenas a la crema, los huevos del chef o el quiche Lorraine.

La parte más divertida de su oferta gastronómica la encontramos en su vitrina de «tapas de creación espontánea», donde cada día surgen nuevas sugerencias como puedan ser el carpaccio de tocino ibérico, saquitos de pasta filo con pechugas maceradas en vino, con nata y queso parmesano, o sus patatas asadas con mucho gusto.

Un gran mapa mundi preside la pared principal del local, donde cada mes colocan una bandera en el país correspondiente a una nueva tapa internacional como la actual, de Japón: unas alitas al tandorí, mezcla de especias con salteado de verduras con salsa de soja y ensalada wakame.

El minúsculo local cuenta con media docena de veladores con taburetes y espacio en la barra para otras seis personas, y entre su decoración encontramos desde cuadros de mapas antiguos, carátulas de CD's de música clásica, un mosaico con la frase 'Carpe diem', una auténtica gramola (que funciona), un saxofón, una guitarra española, una radio antigua, la brújula de un barco y hasta una antigua cámara de fotos Polaroid.

El vino de la casa es un Ribera de roble y, tras la cena, sobre las doce la noche, cambia su luz ambiente para dar paso a las copas y los mojitos.