Si partimos de su nombre Nuevo Boulevard podríamos llevarnos a engaño por varios motivos: primero, nada de 'nuevo' pues ya se cumplen quince años desde que el hostelero Ricardo Pacheco (padre) abriese las puertas y convirtiese en restaurante lo que comenzó siendo cafetería; segundo, nada de 'boulevard'(en francés) ni 'bulevar' (en castellano), porque, según la definición del término, un bulevar se refiere a una vía de comunicación, por lo general bastante amplia, construida en ciudades con antiguas defensas, que permitía rodear la ciudad por el exterior como un cinturón periférico, lo que hoy podríamos llamar una 'ronda'; y nada que ver, el Nuevo Boulevard, no solo no está en una gran ronda, sino que se ubica en una pequeña plazuela, eso sí muy céntrica y junto a la Trapería murciana, en la calle Peligros. Y, por último, el uso del nombre Boulevard, nos puede llamar a engaño también si pensamos que su oferta gastronómica está basada en la nouvelle cuisine française, y para nada, puesto que lo que vamos a encontrar es una renovada cocina tradicional mediterránea basada en el sabor de un buen producto sin descartar la creatividad en sus coloridas presentaciones.

Ahora sí, desde noviembre, con la nueva gestión del joven hostelero Ricardo Pacheco (hijo), el Nuevo Boulevard es más nuevo que nunca gracias al apoyo de su nuevo jefe de cocina, Víctor Serrano, con una amplia trayectoria en las cocinas de importantes restaurantes de Elche, El Huerto del Cura, en Ibiza o Barcelona, y el asesoramiento en la cocina de Álvaro Morales.

Por supuesto, con el trabajo de un gran equipo compuesto por una decena de profesionales comandados por la madre de Ricardo, Ana María Navarro.

Un camarero de cartón piedra nos recibe a las puertas del restaurante, que cuenta con varios espacios. En el exterior, una gran terraza cubierta, con estufas en invierno y capacidad para 30 comensales; una gran zona de mesas al aire libre que rodean toda la fachada, decorada con macetas de potos en sus rejas; y ya, en el interior, la amplia zona de barra, donde comer tapeando o tomar una cerveza mientras esperamos nuestra mesa; un gran salón, separado de la barra por una especie de biombo fijo de lamas de madera, con capacidad para 60 o 70 comensales; y por último, un espectacular salón reservado, en el sótano, para eventos y celebraciones con espacio para alojar a otros 60 comensales.

Aunque todo está cambiando en la cocina de Nuevo Boulevard, su jefe de cocina ,Víctor Serrano, tiene muy claro que «no queremos perder el concepto de una casa de comidas de toda la vida, con la mejor relación calidad-precio, pero sí avanzar en la imagen y formación de sala y cocina».

Nuevo Boulevard ofrece una amplia oferta gastronómica en su nueva carta, a la que no dejan de añadir nuevas elaboraciones como su sabrosísimo calamar relleno, sin embargo sus platos estrella continúan siendo su aplaudida ensalada de queso de cabra y manzana caramelizada y sus huevos rotos con jamón ibérico, con gulas y langostinos o, la novedad, con pulpo al ajillo.

Tienen una amplia oferta de entrantes o para comer de tapeo, desde su jamón ibérico con tomate rallado en pan de cristal, ensaladillas, caballitos, humus de remolacha con sésamo y chips de plátano macho frito, piruletas de foie con Pedro Ximénez, verduras de temporada a la plancha con salsa romesco, berenjenas fritas con espuma de miel de caña, langostinos al pil pil con chile habanero, brocheta de gambón con guacamole, croquetas de jamón ibérico con panco o de langostinos al pil pil, y tres versiones de patatas bravas. Elaboran cuatro tipos de coloridas ensaladas y, entre sus platos más contundentes, ademas de pescado del día de mercado, encontramos sus chipirones a la plancha, el tentáculo de pulpo al grill y las carnes de secreto ibérico con salsa de ostras, la presa a baja temperatura y el entrecot de ternera. Tras sus postres caseros no debemos dejar de probar el asiático, de cinco colores, que hace Pablo García Jordá.