Saber diferenciarse y aportar algo distinto a tus clientes en el sector gastronómico supone gran parte del éxito, y ese ha sido el modelo de trabajo de Trasiego Bar desde que se presentase en sociedad hace ya 6 años. Con una cocina de autor en la que las elaboraciones destacan por su carácter único, Trasiego Bar trata, en palabras de su gerente, Pedro Cánovas, de aportar una interpretación de la cocina bastante personal: «Aquí tratamos de ofrecer una interpretación propia de la cocina, plasmando en cada plato lo que nos gustaría ver a nosotros cuando vamos a comer a algún sitio».

¿La otra parte del éxito?, sencillo, solo basta con echarle un ojo a algunas de sus elaboraciones más representativas. La ensaladilla de pulpo, que ha acompañado a Pedro en distintas etapas de su vida laboral, con emulsión de tomate de pera y aceite de oliva de producción propia, o el secreto de chato murciano con toques marroquíes, que se sirve con cinco salsas distintas, se complementan con vinos de alta calidad, tanto Rioja, Ribera del Duero y Jumilla, y se rematan con una tarta de queso al horno que quita el sentido.

Renovarse o morir

Trasiego Bar abrió sus puertas con la intención de ofrecer un servicio gastronómico novedoso y que no cayera en lo aburrido, y hasta ahora lo está cumpliendo con creces. Aunque hay platos que son los 'protegidos' de los clientes, no suelen trabajar con una carta fija, rotando cada 3 meses la mayoría de sus elaboraciones, vinos e incluso postres.