Lo que comenzó hace más de 50 años como una taberna se ha convertido en lugar de referencia para los amantes del marisco y del pescado en particular, y de la buena cocina en general. El restaurante Ramón, en Los Alcázares, está demostrando que la calidad de sus elaboraciones y de su servicio sigue siendo más que evidente, de lo contrario no se entendería una vida tan longeva para un negocio que ya ha visto pasar a cuatro generaciones de la misma familia en su dirección.

Su carta ha ido evolucionando hasta dar el protagonismo a los pescados y mariscos, que lucen frescos diariamente en una vitrina que hipnotiza a todo aquel que visita por primera vez el local. Ahí reside el valor añadido del restaurante, tal y como afirma Ángel Buendía, su jefe de salón: «Está claro que nuestra seña de identidad es el caldero y el pescado fresco que nos ofrece el Mar Menor».

El calamar en su tinta, las almejas o el gallopedro frito son otros de sus platos estrella, que se pueden acompañar con más de 120 referencias de vinos, entre las que las DOP murcianas destacan sobre el resto.

Postres reconocibles

Uno de los mayores valores del restaurante Ramón es sin duda su oferta en postres. Caseros y conocidos tanto por los habitantes de Los Alcázares como por los que visitan el municipio ribereño, la tarta de whisky, el souffle de limón o la tarta de fresas llevan redondeando un menú perfecto para los comensales desde hace más de medio siglo.