Desde el pasado 26 de octubre, las olas del Mar Cantábrico rompen bajo los pies de la torre de la catedral de Murcia, en la céntrica Plaza de la Cruz, desde la apertura de Cantábrico, una secuela de La Fuente, que ocupó durante un tiempo el mismo local y donde mantienen la tradición del sobado a mano de sus sabrosísimas anchoas y una amplia oferta de tapas basadas en sus tostas, salazones, ahumados y marinados.

El Cantábrico murciano es el sexto establecimiento de la marca en España donde cuentan con bares en Alicante, Valencia, Madrid, Castellón y Sevilla, locales que han importado desde Murcia nuestras tradicionales marineras, sin duda su plato estrella. Y es que la anchoa costera del Cantábrico es la base de su oferta gastronómica, servidas en sabrosísimas tostas como la Tropical, de pan de cristal con salmorejo y aguacate; la Nórdica, con tomate y salmón ahumado; la Mare Viejo, con queso y carne de membrillo; la Calafate, con pimientos asados y queso fresco; la Costera, con queso picón y toque de limón o la Primera Comunión, con tomate especiado y aceite. Además de sus tostas, su carta incluye cuatro tipos de ensaladas, focaccias, empanada gallega y de pulpo, carnes como el entrecot de vaca de los montes pasiegos, carpaccio de buey, lingote de presa ibérica y pescados como la merluza con berberechos, bacalao al horno, tacos de atún rojo en salsa mozárabe o tartar de salmón.

Jean Pierre Sarwat es el encargado del establecimiento murciano con la ayuda de Ricardo Yserte, en la cocina y la anchoera Leticia Camino.

El amplio local, ofrece una cuidada decoración donde destaca el blanco mármol de su barra y las históricas columnas de hierro. Cuentan con barrilero de Cruzcampo Origen, una amplia oferta de vinos tintos, blancos, rosados, cavas y espumosos, además de vinos y vermú de barril.