Tan rico que merece un lugar de honor en mi recetario bizcochero. Esponjosísimo, fragante y de miga muy suave. Difícil conformarse sólo con un pedacito de esta delicia que se conserva intacta durante varios días para endulzarnos desayunos y meriendas. Lo difícil es que dure porque está tan bueno que... vueeela.
INGREDIENTES
4 huevos grandes, 180 g. de azúcar, 200 g. de harina para repostería, 16 g. de levadura en polvo, 60 g. de mantequilla y 200 g. de leche. Azúcar glas para decorar.
ELABORACIÓN
-Batimos los huevos a velocidad máxima con unas varillas eléctricas durante cuatro minutos.
-Añadimos poco a poco el azúcar y seguimos batiendo a velocidad máxima un par de minutos más.
-Tamizamos la harina junto con la levadura sobre la mezcla de huevos y azúcar con la batidora parada y luego mezclamos con una lengua pastelera mediante movimientos envolventes hasta conseguir una masa con todos los ingredientes bien integrados.
-Separamos cuatro cucharadas soperas de esta masa a un cuenco.
-Ponemos en un cazo la leche y la mantequilla y calentamos hasta que se funda la mantequilla.
-Vertemos esta leche caliente con mantequilla sobre la masa que habíamos separado al cuenco y mezclamos con unas varillas.
-Luego añadimos la mezcla de leche a la masa restante y mezclamos de nuevo con la lengua pastelera.
-Vertemos la masa obtenida en un molde redondo engrasado con un poco de mantequilla y forrado con papel vegetal.
-Metemos al horno precalentado a 180 grados y horneamos hasta que se vea el bizcocho doradito y al pincharlo con un palito salga limpio (40 minutos aproximadamente).
-Dejamos que repose diez minutos en su molde y luego desmoldamos y decoramos con azúcar glas.