"Llamado también el Valle Morisco por ser el último reducto de los árabes en España, el río Segura lo convierte en un vergel casi desconocido, creando en su vega un paisaje fértil de frutales y palmeras".

Así lo detalla la web oficial de Murcia Turística, donde se indica también que la visita al Valle de Ricote "debe comenzarse en el Centro de Interpretación situado en Archena, un buen punto de partida para conocer la comarca y disfrutar de un turismo rural, activo y de salud".

Archena, lugar donde hasta Mercedes Alcántara decidió tomarse un respiro para reflexionar sobre su tocado matrimonio con Antonio.

Disfrutar del balneario y, por qué no, desplazarse luego hasta Ulea, pueblo de vistas 'moriscas' y esparto en el que luce la iglesia de San Bartolomé (del XVI), la Casa Parroquial y el Templete del Henchidor, donde se baña la Cruz cada 3 de mayo.

Y de Ulea a Blanca, cuna del afamado pintor Pedro Cano y, quién sabe si por eso, sede también de la Vía del Arte: la localidad está salpicada de creaciones contemporáneas a lo largo de sus calles y plazas. Lo cual no le quita un ápice de su cariz tradicional: esparto, miel y embutidos tradicionales dan buena cuenta de ello.

En Abarán, otro de los pueblos del valle, el visitantes puede acercarse a la Ermita de los Santos Médicos, al Santuario de la Virgen del Oro o, si lo prefiere, dar un paseo por la denominada Ruta de las Norias. En este sentido, destaca la llamada Noria Grande, que data del año 1805 y es la más grande de España que sigue en uso.

Admirar el yacimiento de Medina Siyâsa, despoblado islámico ubicado en el cerro del Castillo, el Santuario de la Virgen del Buen Suceso, la Iglesia de la Asunción (XVIII), el Balcón del Muro con su antigua fortaleza y murallas, la Cueva de la Serreta o el Parque Eólico, los Museos de Medina Siyâsa, Molino de Teodoro y Pequeño Museo de Esparto. Son sólo algunos de los atractivos de Cieza, localidad del Cañón de Almadenes y de la Semana Santa en octubre.

En Ojós, cuna de los bizcochos borrachos, sus casas solariegas aún conservan los escudos nobiliarios y las rejas del siglo XVII. La Iglesia de San Agustín, la presa del Azud, el lavadero y el Paraje del Solvente son puntos de interés para el viajero.

Al lazo, se alza Ricote, pueblo serrano y de palmeras que guarda joyas barrocas y, a la vez, alberga el Sendero de los Miradores. Y da nombre al valle en sí.

Ruta a pie atravesando la Huerta Vieja, 'El Golgo' y 'El Pilarico'. Recorridos por el sendero junto al río Segura, con paneles informativos, puntos de pesca y de avistamiento de aves. Es a lo que invita Villanueva del Río Segura, tranquilísimo pueblo en el que degustar un arroz 'güertano', un cordero asado y pan cocido en horno de leña.

El Valle de Ricote entrará a formar parte de una red de destinos mediterráneos de turismo sostenible gracias al proyecto 'Welcomed'.

Lo anunciabna hace unos días la directora del Instituto de Turismo, Mariola Martínez, el director de la Fundación Universidad Empresa de la Región de Murcia, Enrique Egea, y al alcalde de Blanca, Rafael Laorden, en la presentación del plan.

Durante el acto, que tuvo lugar en el Museo y Centro de Arte de Blanca (MUCAB), Martínez explicó que «se trata de una iniciativa de escala internacional que promueve el desarrollo económico de zonas mediterráneas de gran potencial turístico, siempre bajo la perspectiva del turismo sostenible».